La mente es posiblemente la parte más difícil y desconocida de nuestra existencia. Es por ello que siempre buscamos nuevas ciencias, tendencias, buscamos en diferentes técnicas que nos permitan conocer mejor qué nos ocurre, cómo podemos sentirnos mejor. Hoy descubrimos cómo es la psicología del Enegrama.

Esta nueva tendencia se sitúa dentro de la psicología difundida en Occidente por el psiquiatra chileno Claudio Naranjo, quien fue candidato al Premio Nobel de la Paz y es profesor en la Universidad de Berkeley, doctor en Medicina y tres veces honoris causa en el campo de la educación y la psicología humanista.

Diseñó un programa de autoconocimiento llamado Programa SAT, que combina la Psicología del Eneagrama, además de la meditación, trabajo en movimiento, la práctica del teatro y otras actividades que nos permiten ahondar en el conocimiento de nuestras dificultades y superarlas.

Como todas las modas, tiene sus detractores y apasionados, pero aquí vamos a tratar descibrirla para que tengáis las herramientas para decidir si os interesa. El Eneagrama es un sistema de clasificación de la personalidad, que entiende que la población puede ser clasificada en nueve grupos, con sus rasgos, virtudes, defectos, tendencias, comportamiento…

Leal

Entusiasta

Líder

Conciliador

Perfeccionista

Ayudador

Triunfador

Individualista

Investigador

Simplificando mucho y reduciéndolo únicamente al ámbito de la psicología de la personalidad, lo que hace el Eneagrama es plantear un mapa con las nueve personalidades, llamados eneatipos, y nombrados con números , cada uno de los cuales se caracteriza por una pasión dominante. Todos tenemos las nueve pasiones pero, según esta teoría, es importante conocer tu pasión principal, es decir, tu eneatipo, ya que, si te trabajas eso, todo el resto mejorará.

La gran ventaja, es la facilidad con la que comienzas a ver cosas en ti invisibles hasta ese momento; y a ver al otro con una mayor comprensión. El gran inconveniente es utilizarlo mal o de manera frívola. El Eneagrama es sólo un mapa, y hay a quien le sirve y a quién no. Hay que tenerlo en cuenta.