La noticia saltaba hace apenas unas horas, la marca low cost irlandesa, Primark, retiraba del mercado unas chanclas para hombre que entre sus componentes se encontraba el criseno, un producto químico que se utiliza para teñir. Una alta exposición a este químico, puede producir cáncer. Sin embargo, la compañía dice que el riesgo es mínimo pero van a revisar bien todo para que se adapte a sus estándares de calidad.

El criseno se emplea en farmacología, para la producción de tintas, plásticos y pesticidas. También en el asfalto para pavimentar carreteras. Una vez liberados en el medio ambiente, permanecen en el agua, el aire y el suelo, adheridos a partículas de polvo, en el lecho de ríos y lagos o en los sedimentos. Se puede decir que estamos habitualmente expuestos al criseno. Por supuesto, al tirar las chanclas a la basura ese criseno seguiría en el ambiente durante mucho más tiempo.

Según un estudio, los HAPs pueden ser dañinos para la salud. Las personas expuestas a través de la respiración o el contacto de la piel durante largos períodos de tiempo con mezclas que contienen HAPs y otros compuestos como el criseno también pueden contraer cáncer.

El criseno es un compuesto químico del grupo de hidrocarburos aromático policíclico (los HAP o PAH en inglés), formados por anillos aromáticos fusionados. Es un producto de la combustión incompleta de combustibles fósiles, particularmente del alquitrán de hulla y de la creosota. Su nombre viene del griego chrysos (oro), debido al color amarillo que coge al ser aislado. Pero este color lo producen algunas impurezas: una vez purificado, es incoloro. De forma natural los HAPs se pueden encontrar en el humo de un volcán o el de un incendio forestal; también en los tubos de escape, chimeneas de fábrica y hasta en el tabaco.