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MINDFULNESS

Meditar ayudaría a niños con TDAH a sentir menos estrés y ansiedad

El TDAH se trata de un trastorno de carácter neurobiológico originado en la infancia y que implica un patrón de déficit de atención, hiperactividad o impulsividad.

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Meditar ayudaría a niños con TDAH a sentir menos estrés y ansiedad

El TDAH es uno de los trastornos de la conducta más frecuentes en los niños. Es un trastorno por déficit de atención e hiperactividad. Si se trata a tiempo, se evitarán daños en la personalidad del niño de adolescente y adulto.

El trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) es uno de los trastornos del neurodesarrollo más frecuentes en la infancia. Afecta a una media del 8 y el 10% de los niños en edad escolar, y a veces sigue en adultos. Entre las maneras de intentar abordar este trastorno están la farmacología, terapias conductuales, y últimamente el mindfulness o la meditación consciente está siendo utilizado como una terapia de vanguardia con muy buenos resultados.

Según el estudio de la doctora Sarina J. Grosswald de la Universidad de George Washington, meditar ayudaría a los niños que padecen TDAH a sentir menos estrés y ansiedad, y a mejorar su concentración.

Para Marta Puig, fundadora de Mundo Pránico, “meditar provoca cambios positivos en nuestra corteza cerebral debido a la neuroplasticidad del cerebro. Esta práctica reduce disminuye la ansiedad y nos libera de la tristeza. También mejora la concentración, desarrolla su inteligencia emocional y les ayuda a conectar con uno mismo”, sostiene

5 razones por las que enseñar a meditar a los niños con TDAH

Dota a los niños de herramientas de autocontrol: ayuda a reducir sus respuestas implusivas ante situaciones de estrés.

Ayuda a mejorar su equilibro emocional: el niño con TDAH será capaz de conectar con mayor facilidad con sus emociones, reconocerlas y desarrollar una mayor empatía y gratitud hacia el mundo.

Estimula su atención: el niño que practique mindfulness será capaz de estar presente de una manera consciente y centrará su atención. Este beneficio también repercutirá en sus resultados académicos ya que la meditación y el incremento de la concentración mejoran el proceso de memoria, facilitando así un aprendizaje duradero y con mejores bases.

Potencia estados de ánimo positivos: el niño estará más feliz

Reduce su ansiedad y el estrés: le ayudará estar más relajado, a tomar mejores decisiones y a descansar.

Estas razones de Marta Puig las complemente con los beneficios de la meditación para los niños con este trastorno, hasta los 7 años los niños tendrán que ver la meditación consciente como un juego. “Las meditaciones en esta etapa de la vida van enfocadas al reconocimiento del cuerpo físico más que a elevar la consciencia. Necesitan conectar con lo físico, con la materia y con el movimiento. Es importante en esta fase trabajar la meditación en movimiento. Su espíritu está conociendo el entorno y se debe adaptar”, sostiene. Se recomienda que canten mantras en movimiento, a través del juego, tocando piedras, palos y naturaleza…

De 7 a 14 años es momento para trabajar meditaciones que les ayuden a detectar sus emociones, a identificarlas y gestionarlas. Es posible que los niños consigan dejar ir los sentimientos que les hacen daño y se relajen.

De los 14 a los 21 años, la meditación está orientada al desarrollo de las capacidades mentales. Las meditaciones que se recomiendan son las de análisis y comprensión, de forma inductiva como de forma deductiva.

A la modelo Giselle Bundchen se la ha visto meditar con su hija pequeña. Elsa Pataky suele hacer lo mismo, integrar a sus hijos en sus rutinas de relax. Igual que Vanessa Lorenzo, la modelo también cuenta con sus hijas para que formen parte de su rutina de mindfulness. La clave del éxito será establecer una rutina cómoda y agradable para el niño, buscando un espacio donde se sienta a gusto. Se recomienda además el uso de música suave y cambios de ejercicios para que los niños no se aburran.