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Las señales que indican que te estás haciendo mayor

A nadie le hace una pizca de gracia envejecer. A continuación, te decimos cuáles son los signos más evidentes de que nos estamos haciendo mayores.

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Signos que dicen que te estás haciendo mayor
Notiminuto.com

Más allá de las arrugas y los cambios en la piel, hay muchos signos que nos dicen que nos estamos haciendo más mayores, como el dolor de las articulaciones, la cantidad de pelo que hemos perdido o la cantidad y calidad de nuestro sueño nocturno. Aunque no nos haga mucha gracia, ya que nos gustaría permanecer jóvenes siempre, te decimos qué señales te está dando el cuerpo para que empieces a notar el paso de la edad.

Arrugas y textura de la piel

Las arrugas son un claro síntoma de que nos hacemos más mayores.

La gravedad de estas señales dependen de muchos factores, como la exposición solar, el tabaco o la herencia genética. Asimismo, las líneas de expresión son el resultado de acciones cotidianas y más visibles alrededor de la boca o los ojos, en forma de patas de gallo. Con el paso del tiempo, la piel se afina y se vuelve más frágil, por lo que pierde su elasticidad y aspecto uniforme.

Poros visibles

El poro es la apertura por donde crece el pelo, y cada pelo tiene una glándula sebácea que produce el lubricante que necesita la piel. A partir de los cuarenta años, los poros se vislumbran más fácilmente en el rostro, con su consiguiente impacto estético tanto en hombres como en mujeres.

Te duelen más las articulaciones

Con la edad, y sobre todo a partir de los cuarenta años, hay una pérdida progresiva de masa ósea, aunque las señales empiezan entre los veinte y los treinta. Los cartílagos se desgastan y se deposita calcio en algunas articulaciones, lo que puede presentar rigidez, inflamación o dolor. Por ello, si te cuesta más esfuerzo hacer deporte o se te presentan más inconvenientes que antes al descansar, no te culpes. Y por supuesto, no dejes de hacer ejercicio, ya que éste retrasa el envejecimiento.

No aguantas las resacas

Las resacas son más difíciles con la edad.

El problema parece indicar que no es las resaca en sí misma lo que te causa dolor de cabeza y pocas ganas de levantarte de la cama, sino que la acumulación de toxinas aumenta con los años y a nuestro cuerpo se le hace más dificultoso eliminarlas. Además, las alergias o la sensibilidad hacia determinadas comidas pueden contribuir a empeorar tu resaca, y los aditivos y los sulfitos empeoran la capacidad del hígado para limpiar las toxinas.

Duermes peor

Con la edad, los patrones de descanso suelen variar. Si te despiertas con frecuencia durante la noche y te levantas antes, no hay duda de que puede ser un signo de envejecimiento. Sin embargo, hay algunas buenas costumbres que nos facilitarán conciliar el sueño, como no consumir sustancias estimulantes las cuatro horas antes de acostarnos, evitar las pantallas y no hartarnos a beber agua para que nuestra vejiga no tenga que despertarnos.

El sexo te apetece menos

Con el tiempo, y en el caso de los hombres, ya no te levantas con esas poderosas erecciones matutinas como cuando eras un chaval. Es completamente normal, ya que con el tiempo nuestro cuerpo no segrega las mismas cantidades de testosterona. Incluso a partir de los cincuenta años pueden presentarse los primeros síntomas de disfunción eréctil, pero hay tratamientos adecuados para paliar esta posible patología.

El pelo empieza a caerse

Pese a que hay gente joven que sufre de calvicie, lo normal es que el pelo se empiece a caer a partir de los cuarenta años, o incluso antes. Depende en gran medida de los aspectos genéticos, pero se empieza a notar a través de la formación de entradas, aparición de coronilla o un cabello más fino. Lo bueno es que para esta afección también hay tratamiento, pero hemos de acudir rápido al dermatólogo o al especialista para que nos evalúe.

En las mujeres, varices

Las varices constituyen un problema de circulación sanguínea, y pese a que la edad no es el único factor que influye en su formación, son más comunes a medida que se acercan los cincuenta años de edad. Para lidiar con ellas, lo mejor es el ejercicio físico y el cuidado de los alimentos que comemos.