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Cómo gestionar el ‘sitting’ en la oficina para evitar la lumbalgia

Disminuir las bajas por lumbalgia, el mayor motivo de absentismo laboral, principal objetivo para el quiropráctico Ata Pouramini

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Cómo gestionar el ‘sitting’ en la oficina para evitar la lumbalgia

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) conmemora el 28 de abril el Día Internacional de la Salud y Seguridad en el trabajo con el objetivo, de promover la prevención de accidentes de trabajo y enfermedades profesionales en todo el mundo. Una motivación que en esta segunda década del milenio continúa estudiando la repercusión que los nuevos modelos de producción (asociados a las nuevas tecnologías), tienen en la salud de los trabajadores.

El ordenador se ha convertido en el eje de los sistemas de trabajo y en la herramienta laboral básica de la comunicación entre profesionales, dentro y fuera de la empresa. Esto significa horas y horas sentados en la misma postura y, no siempre, en la forma correcta.

Esta circunstancia, lo que ahora se conoce como sitting, es uno de los motivos por los que la lumbalgia ha ocupado el nada honroso primer lugar en el ranking de enfermedades por las que los trabajadores causan baja laboral. El dolor de espalda, según reconocen las autoridades sanitarias mundiales, es una pandemia que prevalecerá en calidad de síntoma en el 80% de las personas afectadas.

Con lumbalgia nos referimos, a nivel concreto, al dolor en la zona lumbar de la espalda, la que comprende la parte baja, entre las vértebras lumbares y el inicio de la zona glútea. A nivel general, se entiende que hablamos cualquier dolor que afecta a nuestra espalda. A este origen mecánico recién comentado – posturas mantenidas y ausencia de movimiento – se une el origen psicológico de la dolencia: el estrés, la ansiedad, la fatiga mental… Factores, unos y otros, que se unen para desestabilizar nuestra línea de equilibrio: la columna vertebral.

Hablamos con el quiropráctico Ata Pouramini, quien, tras dos décadas tratando con pacientes aquejados de todo tipo de problemas de espalda, considera que “el mal crónico y global de la lumbalgia comenzará a erradicarse con un nuevo diseño y una nueva filosofía de los centros de trabajo”

Respecto al ‘sitting’, ¿quién tiene que cambiar la mentalidad, el jefe o el trabajador?

"Se necesita un cambio de actitud global pero, lógicamente es el empresario con el diseño y organización de la oficina con un enfoque saludable está facilitando al trabajador que se encuentre mejor en su día a día. El jefe tiene muchísimo que ver. Comenzando por abordar la productividad, aunque sea otro asunto, de distinta manera: el presencialismo nos obliga a estar horas y horas en la oficina y todos sabemos que no siempre tenemos el mismo trabajo. Lo de “calentar silla” no es bueno para la espalda, pero tampoco para nuestra salud mental".

¿Incluir un fisioterapeuta en el organigrama de la empresa sería beneficioso?

Por supuesto, en mi caso sería un quiropráctico. Entiendo que son costes que muchas empresas pequeñas no se pueden permitir, pero es que otras que sí tienen un presupuesto que les permitiría cuidar mejor la salud de sus empleados ( Mens sana in corpore sano) y no lo hacen. Lo ideal sería tener un médico en plantilla para realizar las revisiones médicas oportunas, pero también este punto de la espalda es crucial. Todo se hace hoy a través del ordenador. Si se produce un problema de espalda, el trabajador puede llegar a quedar inmóvil, porque luego se producen círculos viciosos. Se asocia dolor a depresión y de ahí es muy difícil salir. Qué decir de los trabajos con carga manual. En este punto es todavía más duro para el trabajador.

La re-educación postural es muy importante, ¿debemos formarnos más?

Absolutamente. Ya en el colegio vemos que no importa nada la salud de la espalda, desde el diseño de los pupitres hasta la carga de libros con los que van y vienen los niños de casa. Esto es el origen, donde debería cambiar todo. La oficina, como el lugar donde pasamos más horas,debería ayudarnos. De nada sirve que estamos educados posturalmente, si luego las sillas no favorecen el descanso de la musculatura.

Qué hacer contra el sitting en la oficina

Salas de reuniones sin sillas y con mesas altas, para que los asistentes puedan trabajar en ellas de pie. Por supuesto, proyectores a la altura de los ojos. Nada de agacharse ni subir la cabeza, mediante malas posturas cervicales, para atender.

Zonas comunes en las que se pueda estar sentado esperando o trabajando en equipo con pedales a unos centímetros del suelo (similares a los de los parques para personas mayores) para continuar moviendo el sóleo, el músculo de la pantorrilla, encargado del retorno venoso.

Oficinas sin ascensores internos si no es preciso. Es necesario ejercitar el movimiento para prevenir, no sólo lumbalgias, sino obesidad y enfermedades asociadas.

Sala de estiramientos .No es necesario tener un gimnasio, puesto que muchas oficinas no pueden invertir en gasto de maquinaria ni mantenimiento del mismo. Basta con unos tatamis donde el trabajador se pueda estirar tras pasar horas frente al ordenador.

Cintas para caminar. En algunas oficinas norteamericanas se han incluido en las zonas comunes, en lugar de los tradicionales juegos como futbolín o sillones para descansar. Con ellas se libera también algo de estrés.

Combinar el reposo y el movimiento. Se trata de introducir el movimiento en nuestra rutina de trabajo de la siguiente manera: 20 minutos de pie, ocho minutos sentados y dos en movimiento.

Ata Pouramini es autor del libro "Tú eres tu medicina" y “El gato persa que quería comer caviar”. Es orientador en salud, experto en nutrición y uno de los quiroprácticos más reconocidos . Tiene en Valencia una de las consultas más importantes del mundo. Estudió Nutrición en la Oxford Brooks University, es Licenciado en Ciencias Humanas, Master en Ciencias Quiroprácticas, Doctor en Quiropráctica y miembro de la Asociación Española de Quiropráctica.