Según la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM), uno de cada dos hombres y una de cada tres mujeres tendrá cáncer a lo largo de su vida. Pese a que esta enfermedad continúa siendo uno de los grandes quebraderos de cabeza para la medicina moderna, las investigaciones sobre la relación entre lo que comemos y algunos tipos de cáncer están dando grandes resultados. Además de evitar el alcohol y el tabaco o mantener una rutina de ejercicio semanal, también podemos beneficiarnos de algunos los siguientes alimentos en la lucha por prevenirlo. Coge la libreta y apunta.

Verduras crucíferas

Col blanca y roja, repollo, nabo, coles de Bruselas o coliflor. Son alimentos de fácil acceso para nuestra economía que trabajan evitando que las células precancerígenas se conviertan en tumores malignos. Las verduras crucíferas contienen selenio, vitamina C y glucosilonatos, que cuando se hidrolizan en el colon por la flora microbiana producen propiedades quimiopreventivas relacionadas con la inhibición de carcinógenos.

Frutos rojos

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Son capaces de ralentizar el crecimiento del tumor gracias al ácido elágico que contienen. Los arándanos, en concreto, poseen un elevado efecto antiinflamatorio y son una de las frutas con mayor contenido de quercetina, uno de los flavonoides más estudiados por su actividad anticáncer. Por otra parte, en el caso de las cerezas, poseen ácido glucárico, que desintoxica el organismo de sustancias químicas producidas por el medio ambiente.

Algas

Son ricas en ácido fucúnico y fucanos, un polisacárido que provoca apoptosis (suicidio inducido) en las células cancerosas. Asimismo, se están estudiando sus múltiples componentes fitoquímicos como el ácido algínico y su efecto anti cáncer. Por último, las algas poseen glucanos que estimulan el sistema inmunitario.

Granadas

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Esta fruta contiene fitoquímicos antitumorales potencialmente eficaces contra el cáncer de mama y de próstata. Su alto contenido en vitamina C, fenoles naturales y ácido fólico convierten a la granada en un todopoderoso antioxidante. Por otra parte, contiene flavonoides, antocianinas y ácidos grasos poliinsaturados, sustancias muy beneficiosas para nuestra salud.

Cúrcuma

Una especia milerania de Asia que, a través de la curcumina, inhibe el crecimiento de tumores de colon, estómago o hígado. Además, es efectiva para reducir el desarrollo de las metástasis producidas por cánceres de mama. El consumo ideal es de entre un cuarto y media cucharada al día, pero también podemos encontrar cúrcuma en cápsulas en herbolarios o tiendas especializadas. Se recomienda usarla con pimienta negra o disolverla con aceite de linaza o de oliva de buena calidad para que se absorba mejor.

Chocolate negro

En caso de que el contenido en cacao del chocolate sea superior al 70 por ciento, se considera chocolate negro. 40 gramos de este alimento contienen casi la misma cantidad de polifenoles que una taza de té verde y el doble que un vaso de vino tinto. También posee ácido oleico, un ácido graso presente en el aceite de oliva. Las proantocianidinas del cacao disminuyen el crecimiento del tumor de pulmón.

Setas

En Japón se usan desde hace más de treinta años en casos de cáncer de colon o estómago. Las setas son ricas en beta glucanos, que fortalecen el sistema inmune, y en selenio. Además, apenas tienen calorías (entre 25 y 30 por cada 100 gramos). Las variedades más famosas son el shiitake y el maitake, aunque también existen otros tipos como el cremini, el reishi y el enokitake.

La uva

Es rica en polifenoles, en particular el más conocido es el resveratrol, del que se siguen investigando sus beneficios. La uva negra ayuda en la prevención del envejecimiento prematuro gracias a su alta concentración de antioxidantes, favorece la salud cardiovascular y previene enfermedades de riñón y problemas intestinales.

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