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PSICOLOGÍA

Cada día más enganchados a los tranquilizantes

Orfidal, Trankimazin, Valium, Noctamid, Stilnox… ¿Os suenan algunos de estos nombres? Son tranquilizantes o somníferos y abusamos de ellos para dormir.

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Cada día más enganchados a los tranquilizantes

Se llaman benzodiacepinas y su uso es más común del que le gustaría a gran parte de la comunidad médica, que ve en el consumo de este tipo de fármacos un problema que puede provocar efectos secundarios graves, como adicción y síntomas cognitivos parecidos a los de la demencia.

En España, el consumo de ansiolíticos e hipnóticos es alarmante, ya que entre los años 2000 y 2012 su ingesta se elevó un 57,4 por ciento, según advirtió en 2014 la agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS). Asimismo, su consumo en nuestro país es mayor que en otros países como Alemania y Reino Unido (cuatro veces más) e incluso estados Unidos. Con estos datos, podemos deducir que sí, estamos muy enganchados a los tranquilizantes.

Asimismo, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), que también se pronunció sobre los inquietantes datos de la AEMPS, y ha alertó que estos medicamentos no deben tomarse a la ligera, y que después de cuatro semanas de tratamiento conviene empezar a dejarlas por la dependencia y tolerancia que crean en nuestro organismo. Por otra parte, los efectos desinhibidores o impulsivos que también fomentan este tipo de pastillas pueden suponer un peligro para otras personas, en especial a la hora de conducir vehículos, y más si se mezclan con alcohol.

Tipos de tranquilizantes y somníferos

Existen alrededor de 35 tipos de benzodiacepinas distintas, aunque sus efectos son prácticamente muy parecidos. Se suelen indicar para el Trastorno de Ansiedad Generalizada, el Trastorno de Pánico y la Depresión. Los ansiolíticos más utilizados en España, es decir, los superventas, son el Orfidal (cuyo principio activo es el lorazepam) y el Trankimazin (cuyo principio activo es el alprazolam). Entre los hipnóticos, el más usado con diferencia es el Noctamid, que se fabrica a partir del lormetazepam. Solo en 2010 se gastaron 750 millones de euros en benzodiacepinas en nuestro país. Un dato tremendo. Más allá de los medicamentos mencionados, existen otros como el Lexatín (Bromazepam) y el Stilnox (Zolpidem). Los psiquiatras llevan años alertando de su toxicidad, dependencia y síndrome de abstinencia.

Si los dejas repentinamente, puedes pasarlo muy mal

Uno de los efectos secundarios de las benzodiacepinas es el síndrome de abstinencia que producen si se dejan de forma repentina. Pueden provocar taquicardias, delirium tremens, temblores o angustia. Por lo tanto, hay que dejarlas paulatinamente, aunque a día de hoy no hay unas directrices para ello, y éstas dependen de los consejos del psiquiatra.

Piden más tratamientos en detrimento de pastillas

La OCU, que promovió una campaña llamada “Pastillas las justas”, se mostró a favor de que la psicoterapia sea la primera opción para tratar el tipo de trastornos ansiosos y depresivos que requieren de benzodiacepinas. A modo de alerta, mostró una comparativa del ratio psicólogos-habitantes en la Comunidad de Madrid (4 por cada 100.000) en relación al resto de la Unión Europea (18 por cada 100.000).