Vale, los enamorados del gimnasio lo tenemos muy fácil. Nos hemos hecho una rutina desde que somos muy jóvenes, nos estresamos si sabemos que no vamos a tener tiempo si quiera de ir a correr un rato, tenemos una mentalidad tan fuerte como el acero que nos dice: ¡Eh, tú, levántate del sofá y ponte las pilas! La sensación de hacer deporte es tan placentera que no he podido evitar incitaros a que le dediquéis al menos media horita al día.

Hazlo por ti mismo, porque te quieres

Si algún amigo te ha recomendado que salgas a correr, que pruebes a hacer ejercicio en casa, que vayas a un gimnasio barato cerca de tu barrio…no le hagas caso, ni lo hagas porque te lo dice él. Hazlo por ti, porque tu cuerpo es tu templo y la salud que te va a dar el ejercicio no tiene precio. No se paga con dinero. La primera semana seguro que es ardua, la segunda quizá peor, pero llegará un momento en el que te mirarás en el espejo y pensarás: “Me gusta lo que veo, soy feliz haciendo deporte y tengo ganas de que llegue mañana para seguir mejorando”.

Ayuda a tu mente y a tu felicidad

Hacer deporte no solo es bueno para tu cuerpo, los beneficios psicológicos que conocemos se deben gracias a las endorfinas que liberas practicándolo. Estos neurotransmisores son elementos químicos naturales que estimulan el placer en nuestro cerebro y que provocan esa sensación de bienestar momentánea tras hacer ejercicio físico con la intensidad suficiente. Si te digo que hacer deporte puede combatir el estrés y es muy eficaz contra la depresión, ¿te vendrías?

Los demás te verán mejor

Tu novia, tus amigos o tus propios familiares te lo van a notar seguro, y más si eras una persona sedentaria. Si te ven más en forma, animado y feliz, no solo vas a estar mejor contigo mismo, sino con las personas más importantes en tu vida.

La importancia de la rutina

Puedes encajar el ejercicio en tus quehaceres diarios como te venga en gana, según tengas más tiempo u horas muertas en tu día a día. Lo relevante es que una vez te enganches a tu nuevo hobby, no podrás vivir sin él. Muchas grandes empresas, a sabiendas de que el ejercicio es tan sumamente positivo para sus trabajadores, han decidido incluir un gimnasio en sus propias instalaciones para que ellos mismos tengan la comodidad de incluir el ejercicio en su rutina.

La calle es tu gimnasio

Suele ser una frase habitual después de una gran comilona: “Chicos, la semana que viene me apunto al gimnasio sin falta”. Pero, ¿es realmente necesario ir al gym para practicar deporte? La realidad es que no, solo hace falta que te pongas las deportivas. Puedes ir a correr e incluso en algunos parques encontrarás barras de dominadas y otros materiales para poder realizar calistenia o el denominado Street Workout.

Reduce los malos hábitos

Si haces deporte de forma regular y te comprometes con tu cuerpo, puede que incluso comiences a rehuir la comida basura, te apetezca menos beber alcohol a lo bestia o incluso reduzcas la cantidad de cigarros que fumas. Quien se acostumbra a hacer ejercicio suele adoptar hábitos de vida más saludables una vez que empieza, por lo que repercutirá de forma muy positiva en tu salud.