La hiperhidrosis es un problema que afecta a casi 3 de cada 100 personas, y puede tener muchísimo que ver con la genética, ya que 2 de cada 3 personas afectadas por esta patología poseen un familiar directo que también lo sufre. En España, más de un millón de personas padecen esta enfermedad, que no es grave pero sí muy molesta.

Existen dos tipos de hiperhidrosis, la primaria o idiopática (sin causas subyacentes) y la secundaria o asociada a otras enfermedades. En el 90 por ciento de los casos, la sudoración afecta a una zona determinada, aunque también puede ser generalizada. Asimismo, puede ser moderada o severa, clasificación que se determina en función de la tolerabilidad e interferencia con las actividades diarias.

La sudoración excesiva es tan complicada que afecta a la vida laboral y social de las personas, ya que pueden sentirse incómodas y observadas. De hecho, un gran porcentaje de afectados por la hiperhidrosis cree que sudar en exceso en público es peor que tener miedo escénico o les supone más vergüenza que el acné o la obesidad. Por ello, la gran mayoría elige su vestimenta en función de su enfermedad.

Consejos para la sudoración excesiva:

- Reducir el estrés, la tensión y la ansiedad

- Mantener un ambiente fresco y ventilado en el lugar de trabajo

- Evitar el consumo de café, té, tabaco y alimentos picantes

- Mantener una buena higiene corporal para evitar el mal olor

¿La solución? El bótox

La inyección intradérmica de toxulina botulínica (bótox) suele ser muy eficaz en un 93 por ciento de los casos si fracasan los tratamientos habituales. Este procedimiento se realiza de forma ambulatoria y dura entre 5 y 12 meses, y en el caso de las axilas es prácticamente indoloro. Según el doctor López Estebaranz, de la Clínica Dermomedic, “dentro de la primera semana de tratamiento la mejoría ya es notoria”.