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¿Aceptamos cama elástica como ejercicio de fitness?

Pasárselo bomba encima de un trampolín se ha convertido en el nuevo ejercicio de cardio que está volviendo loco a medio mundo

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¿Aceptamos cama elástica como ejercicio de fitness?

En 2004 abrió en las Vegas, EEUU, el primer trampoline park, un espacio indoor con decenas de camas elásticas en las que practicar fitness saltando. Como lo lees: las camas elásticas son, en realidad, una herramienta fundamental para los amantes del cardio, la tonificación y la resistencia. Desde esa primera experiencia, hace ya más de 12 años, la popularidad de estos lugares ha subido como la espuma, sólo en EEUU ya hay casi 600 parques, según datos de la Asociación Internacional de Parques de Trampolines (IATP), y en Reino Unido, donde está experimentando un auténtico boom, ya hay más de 120 espacios. Tanto es así que el orador y escritor motivacional Tony Robbins ha confesado llevar consigo un mini trampolín allá donde va en el que salta a diario para potenciar sus niveles de energía. En nuestro país el fitness de cama elástica también cuenta con sus adeptos y cada vez hay más gimnasios que ofertan clases grupales en las que se ejercita a lomos de un trampolín. Veamos de que va todo esto.

Más que echarse unas risas

Todos los que hemos gastado un par de monedas para subirnos a las camas elásticas de la feria del pueblo sabemos el ataque de risa incontrolable que te coge al empezar a saltar como si no hubiese un mañana. Pero mas allá de una gratificante regresión a la infancia, el fitness de trampolín propone la práctica de ejercicio cardiovascular intenso del que se desprenden numerosos beneficios. Enrique Navarro, master trainer de Jumping® Fitness, una empresa que ha importado a España el sistema de entrenamiento físico en trampolín, nos explica que este ejercicio se puede practicar a diario y que es “apto para todos los géneros y condiciones físicas” ya que si la clase la imparte un instructor formado, éste puede adaptarla a las necesidades del grupo. Navarro cuenta que en una sesión, en la que conseguimos movilizar 400 músculos, “se trabaja el sistema cardiopulmonar y se mejora la potencia aeróbica gracias a los cambios de ritmo”. Las sesiones no tienen complicación, se trata de realizar “pasos sencillos pero divertidos combinando secuencias de saltos rápidos y lentos con esprints dinámicos y ejercicios de alta intensidad con equilibrios”, relata el especialista. En total se consiguen quemar de 800 a 1000 Kcal en una sesión de una hora, lo mismo que se quemaría en una hora de spinning y algo más que en una de zumba. De hecho, en un estudio realizado por el American Council on Exercise (ACE) en el que observaron a 24 estudiantes universitarios saltando durante 20 minutos en un mini-trampolín (con su música y su coreografía) comprobaron que el “trampolining” de intensidad moderada a vigorosa conlleva el mismo gasto calórico que correr a 9,6 km por hora o pedalear a 22,5 km por hora pero con una sensación de menor esfuerzo. Según el doctor John Porcari, profesor de Ciencias del Deporte en la Universidad de Wisconsin La Crosse y autor del estudio, una de las ventajas de este tipo de ejercicio es que el trampolín “absorbe el choque en lugar de golpear en el pavimento al saltar” lo que hace que la fuerza del impacto en los pies y piernas sea inferior “y eso lo hace parecer más fácil de lo que es". Por su parte Navarro nos confirma que el trampolín “absorbe el 90% del impacto con lo cual reduce el riesgo de lesión en articulaciones”. Además, los expertos señalan como otros beneficios de esta práctica la mejora del equilibrio, coordinación y estabilidad dinámica.

La diversión, clave del ejercicio

Una de las ventajas más llamativas de esta nueva tendencia es, quizás, el factor diversión: “potencia las endorfinas y la felicidad al evocarnos a nuestra niñez cuando saltábamos en una cama elástica” nos comenta Navarro. Esto representa un gran atractivo especialmente para personas a las que les supone un auténtico suplicio ir al gimnasio. No obstante, lo que puede parecer una ventaja para la mayoría de personas es una bandera roja para personas con cardiopatías, “al ser una clase muy divertida pero intensa puedo ocurrir que en algunos momentos perdamos la sensación de estar trabajando tan duro” concluye el máster trainer, y nos aclara que es una de las pocas contraindicaciones que tiene esta actividad.