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El queso italiano que combate la hipertensión (según científicos italianos)

El queso Grana Padano actúa en nuestro organismo de forma similar a los fármacos para controlar la presión arterial, asegura un nuevo estudio

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El queso italiano que combate la hipertensión (según científicos italianos)

El Grana Padano es, junto al Parmigiano-Reggiano, uno de los quesos más importantes de la gastronomía italiana. Lo empezaron a elaborar los monjes cistercienses de Chiaravalle allá por el siglo XII, y poco sabían entonces estos religiosos que estaban preparando una exquisitez cuyas propiedades organolépticas eran casi, casi, la parte menos interesante del queso. Y es que un reciente estudio publicado en el Journal of the American Society of Hipertension apunta al Grana Padano como un alimento que mejora la presión arterial alta.

En el estudio, realizado por el Hospital Guglielmo da Saliceto y la Universidad Católica de Piacenza, en Italia, se proveyó a la mitad de una muestra de 30 adultos con hipertensión entre leve y moderada 30 gramos de Grana Padano al día. La otra mitad tomó un sucedáneo a modo de placebo pero con concentraciones de grasa y sal iguales a las del archiconocido queso. Dos meses más tarde llegaron los resultados: la mitad de sujetos que tomó Grana Padano experimentó una bajada de presión arterial muy significativa (una caída de 7-8 mmHg en la presión arterial sistólica y una caída de 5-7 mmHg en la presión arterial diastólica) mientras que el grupo control, que consumió el placebo, no experimentó ninguna mejoría. Otros parámetros como el índice de masa corporal (IMC), lípidos en sangre o los niveles de azúcar no variaron después del experimento.

¿La explicación? Parece ser que el Grana Padano contiene isoleucina-prolina-prolina (IPP) y valina-prolina-prolina (VPP), dos tripéptidos que, combinados, ayudan a bajar la presión arterial ya que ejercen un efecto similar en el organismo al que tienen los fármacos antagonistas del receptor de la angiotensina II (una hormona que produce vasoconstricción). En palabras del doctor Giuseppe Crippa, líder del estudio, “añadir un poco de Grana Padano a una dieta sana puede conllevar una bajada de presión arterial clínicamente significativa”.

¿Con quesos y a lo loco?

Genial, la ciencia (y nuestro paladar) nos dice que adelante con el Grana Padano pero, como en todo, hay que tomar los datos con mesura y perspectiva. En primer lugar, en ningún caso los responsables del estudio recomiendan zamparse a cascoporro kilos de esta delicia, “30 gramos [la cantidad suministrada en el estudio] equivalen a una loncha de queso”, dice Estefanía Dans Rodríguez, dietista-nutricionista, quién considera que la recomendación de los 30 gramos no es ni mucho ni poco: “Depende de la persona, de cómo es el resto de su alimentación, etc.”.

Por tanto, cuidado: los resultados del estudio no son un salvoconducto a atiborrarse de queso. Es difícil no caer en la tentación de convertir es loncha en dos, tres o más. Y también, porque “en general consumimos más sal de la que sería recomendable, especialmente a partir de productos procesados como el pan, los fiambres o el queso”, recuerda la experta.

No hay que olvidar que, al final, el queso es un alimento muy calórico (en el caso del queso que nos ocupa contiene casi 400 calorías por cada 100 gramos) y que tiene muchas grasas, en su mayoría saturadas, responsables de elevar los niveles de LDL o “colesterol malo”.

De hecho, un estudio realizado en la Universidad del Sur de California (EEUU) y publicado en Cell Metabolism puso en evidencia las dietas basadas en un alto contenido en proteínas de origen animal (tipo Paleo o Atkins… controvertidas donde las haya, por cierto). Los resultados revelaron que las dietas ricas en carne, leche y queso son responsables de un aumento dramático de la mortalidad por cáncer y diabetes.

¿La clave? Quizás el secreto está en el equilibrio y saber tomar las decisiones queseras apropiadas, tal y como ya te enseñamos en anteriormente en BuenaVida+.