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EN EQUILIBRIO

¿Dolor de barriga? Esto es lo que significa según la localización

En el 90% de los casos no reviste gravedad, pero no deja de ser molesto. Y no es lo mismo un pinchazo a la izquierda del ombligo que cerca de la ingle derecha

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Hombre con las manos en el estómago

¿Quién no ha tenido nunca dolor de tripa? Es una queja recurrente de los niños pequeños (la mayoría de las veces para librarse de hacer algo que no quieren) y, a menudo, también de los adultos. Gases, acidez y pesadez de estómago son síntomas de dispepsia, el peaje que pagamos (a menudo) después de una comida copiosa, un plato contundente o un exceso de alcohol. Conocemos las reglas del juego, así que lo habitual es que echemos mano a los remedios conocidos (bicarbonato, antiácidos u omeprazol son los clásicos de primeros auxilios para trastornos digestivos).

Pero si las molestias persisten, o van a más, no vemos otra salida que la de ir al médico. “El dolor abdominal es un síntoma inespecífico de diferentes procesos y un motivo muy frecuente de consulta en atención primaria”, comenta Juan Carlos Fuentes, médico de familia del Servicio Madrileño de Salud. Según el libro Las 50 principales consultas en atención primaria, el 90% de los casos de dolor abdominal no necesitan ni ingreso ni cirugía, si bien “para evaluar su importancia hay que conocer la intensidad, evolución, localización y otros síntomas acompañantes como fiebre, vómitos o diarrea”. Del médico saldrá bien para su casa con una lista de recomendaciones que le aliviarán, bien hacia el hospital para que le hagan un examen más exhaustivo. Si esto sucede, procure no entrar en pánico puesto que “en aproximadamente la mitad de los casos, el dolor abdominal atendido en urgencias se debe a un problema banal”, indica Francisco José García Fernández, de la Fundación Española del Aparato Digestivo (FEAD).

La intensidad del dolor no es directamente proporcional a la gravedad, de forma que, como apunta el digestólogo, “hay dolores que pueden ser muy intensos y limitantes, pero no revisten importancia”. Ahora bien, nunca hay que bajar la guardia y cuando no se encuentra la causa del problema, y ante la sospecha de que pueda ser algo importante, “es aconsejable mantener al enfermo en observación y repetir el examen clínico unas horas después”. Además, un dolor abdominal puede ser un síntoma de problemas muy graves y alejados de los trastornos digestivos, como pueden ser un infarto de miocardio o un embarazo extrauterino.

La cantidad de posibilidades que se abren ante un dolor de tripa son tantas que es difícil no ceder a la tentación de acudir de inmediato al hospital. Conténgase y siga la indicación de García Fernández: “Se debe aplicar el sentido común para evitar una alarma excesiva y consultas innecesarias en urgencias, pero ser lo suficientemente juicioso para no demorar una situación que preveamos que pueda ser transcendente”. ¿Cuáles son los signos de urgencia? “El dolor que se prolonga durante horas y no mejora; dolor de intensidad creciente; abdomen muy duro y doloroso a la presión; presencia de palidez, taquicardia, mareos al ponerse erguido, fiebre o hemorragias”, enumera el representante de FEAD.

Un dolor por detrás del esternón, como quemazón, suele ser por reflujo o por inflamación del esófago; un dolor sordo, acompañado de ardor o sensación de hambre dolorosa es característico de úlcera, recoge el texto de Las 50 consultas urgentes. Y la inquietud del enfermo es habitual en los cólicos (de riñón o biliares); si después de comer aparece un dolor tipo cólico que se alivia al expulsar gases o ir al baño, es típico de intestino irritable u obstrucción intestinal. Cuando además de dolor hay fiebre, diarrea y decaimiento, generalmente hay una infección.

Conocer los trastornos más frecuentes en cada zona del abdomen es otra valiosa ayuda para saber a qué nos podemos atener:

- Hipocondrio derecho (parte superior derecha del abdomen): cólico biliar, hepatitis, pancreatitis y neumonía.

- Hipogastrio (boca del estómago/centro superior abdomen): úlcera gástrica, hernia de hiato, acidez, pancreatitis, cálculos biliares.

- Hipocondrio izquierdo: ulcera de estómago; úlcera duodenal

- Vacío derecho (centro derecha): cálculos renales (piedras en el riñón), infección de orina, estreñimiento, hernia lumbar.

- Mesogastrio (zona del ombligo): pancreatitis, apendicitis temprana, inflamación intestinal, intestino corto, hernia umbilical.

- Vacío izquierdo: cálculos renales, enfermedad inflamatoria intestinal, diverticulitis (abultamientos en el intestino grueso) y estreñimiento.

- Fosa ilíaca derecha (abajo derecha): apendicitis, estreñimiento, dolor pélvico (ginecológico), hernia inguinal.

-Hipogastrio (pubis): infección de orina, apendicitis, inflamación intestinal y dolor pélvico (ginecológico)

-Fosa ilíaca izquierda: hernia inguinal, dolor ginecológico, diverticulitis.