7 formas en las que el ejercicio cura tu corazón roto
Cuando el amor se acaba nos deja hechos polvo. Es buen momento para retomar los buenos propósitos, como ese de ir al gimnasio. ¿Por qué? Nuestros expertos te lo cuentan
El deporte, además de ponernos cachas, nos ayuda a olvidar el amor que se esfumó, entre otros motivos porque, al liberar endorfinas nos hace sentir mejor. Y si nos sentimos mejor, estamos mejor, y si sumamos que además de bien estamos buenos, las posibilidades de encontrar nueva pareja aumentan al estar irresistibles por dentro y por fuera. “Alguien que acaba de pasar por una ruptura sentimental y está afectada psicológicamente puede obtener del ejercicio físico una vía de escape y desconexión mental”, asegura Daniel Moreno, director técnico de Beper Sports.
1. Te enseña a luchar en esos momentos en los que crees no poder
Asegúrate de que tu cita con el gimnasio sea intensa y de forma regular. Especialmente cuando te sientes mal, verás cómo si te pones a correr o levantar pesas, tu preocupación cambia. “El ejercicio físico posibilita generar endorfinas que nos ayudan a contrarrestar los síntomas de depresión y ansiedad. Mejora nuestra memoria y aprendizaje así como el estado de ánimo. Después de hacer deporte nos sentimos mejor, nos permite estar más relajados y más sociables”, dice Marián Ponte, psicóloga y sexóloga. La actividad física fortalece la resistencia, tanto física como emocionalmente. “Ejercicios intensos cardiovasculares, boxing o spinning, que liberan adrenalina y posteriormente endorfinas que aportan una sensación de bienestar general; spinning para quien no ha hecho deporte antes (es más sencillo) y boxeo si el gimnasio ya se encontraba en su rutina diaria”, recomienda Ángel Merchán, de Holmewellness. “También clases colectivas donde relacionarse con gente nueva y divertirse, zumba, ciclo-indoor, bodyPump, bodyCombat, pádel... En el caso de una persona habituada al ejercicio, un entrenador personal que le facilite nuevas formas de entrenar, nuevos estímulos, etc.”, añade Daniel.
2. ¡Lo que se ha perdido!
Lo último que quiere tu ex es que te pongas como un queso. No importa cuán bien terminen las relaciones, hay dos cosas básicas que todos esperamos de nuestros ex: encontrar a alguien antes que ellos y que engorde. Lo que significa que cuanto más delgado y mejor estés después de la ruptura, más se está cumpliendo su mayor pesadilla. No es exactamente lo que dice Marián Ponte: “Cuando alguien deja a alguien en principio es porque sabe que no desea seguir viviendo así o tiene claro que no funciona. Ya hay un malestar previo. Si te separas en principio dejas de tener contacto con la otra persona y elaboras un duelo, no tiene por qué afectarte que el otro se ponga cachas o con ello provocar que la otra persona se interese. En realidad lo suyo sería que el otro te guste y lo aceptes en su totalidad y no por su imagen”. Pero cuando a uno le dejan, la madurez se desmorona un poco y pensar en el físico al principio puede ser un buen motivo para apuntarse al gimnasio, luego ya llegará la autoestima. “A medida que entrenamos más y mejoramos nuestros límites y objetivos, aumenta la seguridad en uno mismo, la disciplina, la constancia, la motivación, y disminuyen las debilidades, el estrés, los nervios, las malas sensaciones”, asegura Daniel Moreno.
3. Algo hay que hacer
El ejercicio es un pasatiempo, llena los días de actividad y evita que el tiempo libre se convierta en combustible para la angustia. “Nos distrae de pensamientos negativos mientras estamos practicándolo”, dice Ángel Merchán. Aunque tampoco es necesario estar machacándose todo el día. “El deporte nos hace sentirnos bien al igual que nos sientan bien los abrazos, las relaciones sociales, el descanso u otras actividades lúdicas. La vida implica un equilibrio y hemos de atender nuestras áreas para tener salud. Vivir el proceso es de vital importancia para disfrutar del presente”, comenta Marián Ponte.
4. El ejercicio reorganiza tu prioridades
Cuando alguien te deja, lo único que quieres es volver a enamorarte y ser feliz. Con el deporte la felicidad también la encuentras en una ducha fría, un batido de proteínas, un tiempo para el descanso… metas más alcanzables que el amor eterno. “Las personas tendemos a buscar esas sensaciones de manera natural para ir sumando poco a poco momentos agradables y de calma en lugar de la desesperación”, dice Daniel Moreno.
5. Te obliga a cuidar de ti mismo
De vez en cuando nos olvidamos de las cosas después de una ruptura, por ejemplo de comer, dormir y ducharnos de forma regular. Solo queremos pensar en lo que pudo ser y no fue. Con un plan de ejercicio no irás a correr con el estómago vacío y cuatro horas de sueño. O sí, pero solo el primer día, a la vuelta dormirás plácidamente. El deporte obliga a prestar atención a nuestras necesidades físicas, muy importante para nuestra sensación general de bienestar. “Si somos capaces de llevar a cabo un programa de ejercicios para conseguir un objetivo deportivo es muy probable que suceda lo mismo en el resto de ámbitos de la vida. Si superas límites físicos es porque tu fortaleza mental te acompaña en todo el proceso”, asegura Moreno.
6. Serás más feliz
“Las endorfinas provocan una sensación de bienestar general al terminar de hacer ejercicio. Por este motivo, practicando frecuentemente podemos llegar a sentirnos mucho mejor”, dice Ángel Merchán. “El deporte, en su sentido más terapéutico, mejora nuestro estado de ánimo proporcionando optimismo y entusiasmo, combatiendo el estrés, reduciendo el dolor y ayudando a nuestro sistema inmune, mejorando nuestra salud mental y física. La producción de norepinefrina modera el estado de ansiedad o depresión si hubiera. Se añade que estamos más en forma y nos podemos sentir mejor en nuestra piel ayudando a nuestra autoestima por la imagen personal que nos aporta. Puede favorecer la socialización y que además durmamos mejor. Es una muy buena herramienta que nos proporciona bienestar ante las adversidades de la vida”, asegura Marián Ponte.
7. Los cambios siempre son buenos
Cuando te dejan, no puedes soportar el dolor. Lo mismo pasa la primera vez que intentas levantar una pesa de varios kilos. Pero con la práctica, la paciencia y la resistencia que vas construyendo día a día te conviertes en una versión de ti mismo capaz de manejar mucho más de lo que originalmente creías. Y una vez que esos cambios comienzan a manifestarse físicamente, empiezas a notar su correspondiente impacto emocional. “Las personas que superan retos piensan en metas y objetivos y sus logros les hace sentirse con más voluntad y fuerza cuando alcanzan lo que se han propuesto. Si vamos superándonos es más fácil sentirte más capaz para conseguir otros retos”, concluye Marian Ponte.
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