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Chloe Kim tiró su medalla olímpica de oro a la basura: "Odiaba la vida"

La medallista de oro más joven de la historia de unos Juegos Olímpicos de invierno (Sochi 2018) se sincera sobre su vida en la revista Time.

La snowboarder Chloe Kim vestida en tonos morados, con las gafas sobre el gorro, sonriendo.
Roxy
Actualizado a

A pocos días del inicio de los Juegos Olímpicos de Invierno 2022 en Pekín (China), Time le ha dado la portada de su revista a Chloe Kim, medalla de oro en snowboard halfpipe en Sochi 2018. Un metal histórico por ser el de la chica más joven en conseguirlo... y que acabó en la basura de casa de sus padres. "Odiaba la vida", asegura en la entrevista que acompaña la portada. 

Para llegar a este punto se sumaron muchos factores, pero hay dos de principales. El primero es la fama que le llega a una deportista de éxito como Chloe Kim. Se dio cuenta cuando tras el oro, salió un día de casa vestida de manera casual y sin peinarse. Iba simplemente a por un sandwich. Nada más entrar en el local, todo el mundo se giró, le entró el pánico y se fue. "Vi que no podía ir tranquila ni a mi lugar favorito; empezaron a decir que era una borde pero no es así, venía de los 2 meses más intensos de mi carrera y lo único que quería era tranquiliad y un sandwich de jamón y queso...". Pero de repente estaba en todos los programas de televisión, tenía una muñeca Barbie y hasta la mencionaban en los Oscar.

El otro factor es el racismo que ha sufrido desde bien pequeña como asiática americana. Cuenta, por ejemplo, que con tan solo 13 años ganó la medalla de plata en los X Games 2014 y cuando subió la foto con el metal en Instagram empezó a recibir mensajes diciendo que volviera a China o que dejara de robar medallas a los americanos blancos. "Acabé llorando hasta dormirme en la que tenía que ser la noche más feliz de mi vida", explica.

El caso es que entre una cosa y otra acabó dejando el snowboard de competición. Ya lo había ganado todo y quería sentirse una más. Se matriculó en la Princeton University en 2019 y se fue a vivir al campus, compartiendo zona con príncipes y futuros presidentes, entre otros. Pero ni así consiguió la paz. Explica en la revista Time que ya la primera noche le pidieron fotos. Empezó a evitar las zonas comunes y de nuevo la tomaron por estúpida. Sin embargo, también le aportó cosas buenas como ver que el resto de jóvenes también se ven en situaciones de bloqueo y hundimiento como en la época de exámenes.

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Con la llegada de la pandemia y el cierre del campus, decidió volver al snowboard de competición. Por cierto: el racismo sufrido llegó hasta cierto punto que la culpaban de la pandemia por su origen asiático. Pero afortunadamente, en la entrevista asegura que todo esto "ya no me importa, me he dado cuenta de que tengo tantas cosas buenas en la vida que las malas no pueden afectarme, son solamente como un mosquito volando a mi alrededor".

Así, de cara a los Juegos Olímpicos que se avecinan, se muestra preparada. Asegura que tiene tres trucos nuevos en la manga que son "una evolución de todo lo que he hecho", aunque no desvela más. Y eso sí, no evita comparar su caso al de Simon Biles. "No hacerlo sería un error", explica su entrenador. "Que alguien se pusiera a ella por delante de un oro olímpico fue inspirador", concluye ella.

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