Adiós a Matosinhos, una de las olas más consistentes de Europa
La construcción de una extensión de 300 metros del rompeolas del Puerto de Leixões se hace contra vecinos, escuelas de surf, negocios locales y ecologistas.
Según explican desde Surfertoday, las obras de construcción de la extensión de 300 metros del rompeolas del Puerto de Leixões ya han empezado. Así, se ha colocado -sin grandes anuncios- la primera piedra y se han iniciado las tareas de drenaje. Será el fin de una de las playas de surf más consistentes de Europa, ubicada a las afueras de Oporto.
El objetivo de la extensión es extender la terminal de contenedores. Era una decisión controvertida que en un primer momento movilizó a surfistas locales y a la Surfrider Foundation pero que, con el paso del tiempo, ha aglutinado a través de la plataforma Diz Não ao Paredão (di no al rompeolas) a vecinos, escuelas de surf, negocios locales, asociaciones ecologistas e incluso algunas administraciones.
La razón por la cual todos estos agentes están en contra de la extensión es porque convertirá esta playa local portuguesa en una bahía cerrada. En cuanto al surfing se traducirá en que solamente recibirá olas con las poco habituales marejadas de sur o suroeste. Así, se quedará muy lejos de los 300 días de olas que tenía cada año y que atraían a decenas de miles de personas, daban trabajo en escuelas de surf y activaban la zona a nivel económico.
Pero no es lo único que preocupa. A nivel ambiental se habla de que la playa de Matosinhos tendrá "aguas estancadas, malolientes y contaminadas". No solo por el rompeolas en sí, sino porque significa aumentar el tráfico de cruceros y buques de transporte que ensuciarán la zona poco a poco. Eso si no ocurre una tragedia como la del petrolero danés que en 1975 embarrancó precisamente en Matosinhos al chocar contra una roca. Virtió 50.000 toneladas de crudo que ardieron durante tres días y provocaron llamas de decenas de metros de altura. Murieron 7 personas.
El tesoro de Portugal, sus casi 1.800 kilómetros de costa de los que tanto presume y que la han convertido en un destino de referencia en el mundo del surf, brillará un poco menos con la destrucción de este mítico spot de surf. Aunque no es el primero, ya que la acción humana ya se ha cobrado otras olas en todo el mundo, también antes en Portugal, como el mítico Jardim do Mar, en Azores, un spot de surf XL de la isla de Madeira.