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Surf

La bomba de Mason Barnes en Nazaré, posible nuevo récord del mundo

Guinness World Records está verificando la medición de la ola gigante que el estadounidense surfeó durante la llegada del huracán Epsilon.

El surfista de olas grandes Mason Barnes en el bottom de la que podría ser la ola más grande jamás surfeada, en Nazaré (Portugal), el 29 de octubre del 2020.
@luisbendesaInstagram

De la marejada que el huracán Epsilon generó en el Atlántico Norte se hablará durante años. La prueba es que la llegada de las olas gigantes a la costa oeste de Europa tuvo lugar en octubre del 2020 y en marzo del 2021 se sigue hablando de ello. Esta vez por un posible nuevo récord del mundo de surf en Nazaré (Portugal).

Había surfeado muchas ola de 20 metros, pero esta era diferente, más potente, más peligrosa, sabía que era la más grande

Mason Barnes

El protagonista de esta historia, desvelada por Surfline, es el estadounidense Mason Barnes. Se trata de un surfista de olas grandes que durante las recordadas jornadas pasó desapercibido ante el elenco de grandes nombres del surf de olas grandes. Pero esperó su oportunidad pacientemente y cuando se presentó, la aprovechó.

La ola que se puede ver a continuación rompió durante la mañana del 29 de octubre del 2020. Fue tras tres horas de estar en el pico, sentado en el jet ski, practicando sus ejercicios de respiración y preparación mental para enfrentarse a la ola más grande del mundo. Primero llegaron dos olas a modo de calentamiento. En la tercera, de unos 60 pies (casi 20 metros) sufrió un wipeout que, de la fuerza con la que chocó contra el agua, se le hinchó el chaleco. No había margen de error en el rescate, pero Will Skudin no cometió ninguno y le recuperó. A él y su tabla, que de manera poco habitual -en surf de olas grandes no llevan leash- estaba flotando en una zona cercana.

Will le llevó mar adentro, donde le esperaba el pionero del spot, Garrett McNamara. Le preguntó si estaba bien porque parecía que Barnes iba 'borracho', según cuenta en el relato. Entonces le preguntó si quería otra ola y, empujado por la adrenalina, le dijo "sí, ahora mismo". Sin mucho tiempo para pensarlo, le metió en el siguiente set, que rompía en lo que se conoce como Big Mama, una zona que solo se activa cuando se superan los 20 metros de altura. Esto es lo que ocurrió:

Cuenta Mason Barnes que Garrett le dijo de ir a la izquierda, pero a medida que se acercaba al acantilado, la ola empezó a cerrarle y cambió la dirección. "Pude llegar al bottom de esa ola sin caerme gracias a todos los años de surf y entrenamiento físico y mental", afirma en su relato en Surfline. Sabía que un error le condenaba, pero tampoco lo cometió. Sus compañeros no daban crédito. "Es lo más bestia que he visto nunca", le decía el experimentado Will. 10 minutos después, viendo el acantilado, el faro, el spray de las olas gigantes... rompió a llorar de emoción.

Poco después volvieron a puerto y lo celebraron con Garret, Andrew y Will entre cervezas y comida india. Unos meses más tarde, se sabe que Guinness World Records está midiendo y verificando la ola por si puede superar el récord del mundo de Rodrigo Koxa (24,38 metros), logrado también en Nazaré. Probablemente, en la próxima entrega de los WSL Big Wave Awards ya haya un veredicto. Lo seguiremos desde @asaccion...