La semana pasada fue noticia el rescate a un surfista en una remota playa al oeste de Auckland (Nueva Zelanda). No por el rescate en sí, que los hay todos los días, sino por la forma que tuvo la víctima de hacer visible que estaba en peligro: escribió la palabra HELP en la arena, con letras bien grandes, justo antes de caer desmayado al lado de la misma.

Unos días más tarde, ya con final feliz, el New Zealand Herald ha hablado con el protagonsita de esta historia digna de Hollywood. "Sinceramente, escribí la palabra ayuda en la arena porque había visto Náufrago, lo digo en serio", explica Ben Searancke para empezar el relato de su historia. Una historia que empieza tres horas antes en Karekare Beach, intentando entrar al agua con olas de fuerza y tamaño considerable.

Según cuenta el surfista, padre de un bebé de una semana y una niña de 9 años, en ningún momento tuvo la sensación de que no podría llegar al pico, pero tras intentar hacer el pato (pasando una ola por debajo) se le rompió el leash y empezaron los problemas. Estaba en una zona donde solo había rocas (ni playa, ni gente), zona en la que acabó arrastrado y golpeado. Cuando pudo subirse a una de ellas, comprobó que "podía ver los huesos a través de las heridas de mi pierna derecha".  Allí decidió usar el leash que seguía atado a su pierna a modo de torniquete para detener la hemorragia.

De roca en roca, "cada vez más frío", afrima, acabó llegando a un punto en el que solo le quedaba nadar. "Calculé el tiempo entre olas y me lancé al agua". Le fue de muy poco que no acabó ahogado en este punto, pero de alguna manera asegura que su cabeza se centró y "pude ver a mi hija y a mi pareja", lo cual le dio fuerzas para seguir y acabar llegando a Mercer Beach. Pero tampoco había nadie allí y "tenía la sensación de que me iba a desmayar", asegura.

A lo lejos, en lo alto de unos senderos, sí que le pareció ver a alguien. Tras varios intentos de gritar y mover los brazos ante lo que no sabe si eran alucinaciones, Searancke pensó en la película de Náufrago: "La había visto hacía dos semanas y escribía HELP en la arena. Lo hizo tan bien como pude y nada más terminar la P me desmayé".

Por suerte, las dos personas que había visto a lo lejos no eran alucinaciones, sino dos excursionistas locales de 36 y 32 años. Con ellas también han hablado en el New Zealand Herald y relatan que "no nos dimos cuenta de que el surfista estaba en peligro hasta que escribió la palabra ayuda". Rápidamente, los socorristas del United North Piha Surf Cllub llegaron a la zona y se llevaron al hospital a la víctima, quien ha sobrevivido sin más secuelas que mucho dolor en las piernas. Una historia digna de Hollywood...