En el mundo del deporte de acción, cada cual escoge sus propias batallas. Cada reto y cada movida es algo que se cruza de frente y obsesiona a sus protagonistas hasta que lo cancelan o les cancela. La vida pero, es otra cosa muy distinta. La vida pone los retos y a veces estos pueden llegar a ser de lo más difíciles. Y hay guerras que, sin duda, nadie debería tener que librar.

El ejemplo de Max Parrot es una de esas guerras. Este subcampeón olímpico de snowboard slopestyle fue diagnosticado con un linfoma de Hodgkin –un tipo de cáncer en los ganglios- dejando al mundo del snowboard con el corazón en un puño. Con 24 años y una carrera estelar, este snowboarder canadiense tubo que dejar la competición –que no el deporte- y someterse al tratamiento de quimioterapia después de recibir la noticia el pasado 21 de diciembre de 2018.

Un tratamiento de doce sesiones repartidos cada dos semanas que, afortunadamente, ha acabado dando los mejores resultados posibles este pasado mes de junio. Según ha anunciado el propio Max, la lucha contra su cáncer ha terminado y tiene luz verde para volver al mundo de la competición. ¡Eso sí que es una buena notícia!

Ya con la preparación para los X-Games de Oslo entre ceja y ceja, el medallista de plata de los juegos olímpicos de PyeonChang 2018 vuelve cargado de motivación, energía y una experiencia que, seguro, le habrá cambiado la vida por completo. ¡Pura inspiración, sin duda!