El glaciar de Tignes echa el cierre por las altas temperaturas
La estación francesa se ve obligada a cerrar de manera prematura su temporada de esquí de verano por los estragos que han causado en el glaciar las olas de calor.
Parece ser que la temporada de esquí de verano en la estación de Tignes (Francia) llegará a su fin de manera prematura el próximo 4 de agosto. Una fecha de lo más inusual que deja latente, una vez más, el devastador efecto del cambio climático y las altas temperaturas. A pesar de eso, el glaciar seguirá siendo accesible para excursionistas y senderistas hasta el 30 de agosto.
La estación de Tignes abrió sus puertas el pasado 22 de junio para ofrecer, como es habitual, unas pistas para poder esquiar los meses de verano situadas en el glaciar Grande Motte, un enclave único. Este asombroso glaciar situado en los Alpes franceses, ha tenido que echar el cierre ante la peligrosidad que suponen las crecientes grietas que se han formado estas últimas semanas.
Un cierre sin precedentes, sin duda, ya que es la primera vez que esta estación tiene que cerrar a inicios de agosto. Un hecho de lo más preocupante ya que, más allá de no poder practicar esquí veraniego, plasma el deterioro de la montaña y los glaciares de los Alpes por culpa de los efectos del cambio climático.
El tiempo se nos acaba. Esperemos que, con noticias de este calibre, podamos seguir reflexionando del daño y la devastación que supondrá el aumento progresivo del calentamiento global. No será hasta el 28 de septiembre que, con la llegada del otoño, Tignes volverá a abrir sus puertas de nuevo ante una nueva temporada que, año tras año, se irá acortando hasta echar, probablemente, el cierre definitivo.