Una txapela para Vingegaard
El danés del Jumbo pelea por la Itzulia en Euskadi, donde en tres meses iniciará la defensa del reinado del Tour. El Jumbo-Visma ha puesto a su servicio un ‘siete’ muy poderoso para arroparle.
Jonas Vingegaard quiere ir acumulando prestigio antes de defender su reinado en el Tour. Por ejemplo, trata de cumplir los pronósticos que le elevan como gran favorito a calarse la txapela de la edición 62 de la Vuelta al País Vasco, que se ha rebautizado como Basque Country Itzulia. El danés va a coger cariiño a Euskadi, ya que el 1 de julio arrancará en Bilbao la la próxima Grande Boucle con el ánimo de refrendar su brillante triunfo de 2022. Es un superclase, el estandarte del nuevo ciclismo, aspirante a ganar todo en lo que participa. Viene de imponerse en tres etapas y la general de O Gran Camiño y de discutir la hegemonía a Pogacar en la París-Niza.
El Jumbo-Visma ha puesto a su servicio un ‘siete’ muy poderoso para arroparle y llevarle en volandas hasta la meta final en Eibar, con corredores del calibre de Dennis, Kruijswijk, Oomen y Valter. Carlos Rodríguez causa baja en el último instante. El ciclista de Hillerslev tratará de dominar una carrera en la que en 2021 fue segundo, se llevó el jersey de la montaña y ayudó a ganar a su compañero Roglic. El año pasado finalizó en sexta posición. Frente a ellos, el poderoso Ineos del vigente campeón de la carrera, el colombiano Daniel Felipe Martínez, y su compatriota Egan Bernal, un ganador del Tour en busca de su recuperación definitiva tras su gravísimo accidente. Ojo con Gaudu y Simon Yates (Adam se ha caído a última hora y entra en su lugar McNulty). Enric Mas es el más beneficiado por la falta de contrarreloj: la ronda vasca es su primer gran objetivo del año. Su perfil como escalador y la mejora en cuanto a agresividad le hacen ascender en las apuestas. Conoce a la perfección la etapa final de Eibar, donde ya sabe lo que es ofrecer una exhibición. Mikel Landa y Pello Bilbao tratarán de ser profetas en su tierra.
La Itzulia reúne como cada año a casi todas las estrellas de la bicicleta durante una semana por los sinuosos y exigentes recorridos de las carreteras vascas y navarras. Como novedad, se suprime la habitual etapa contra el crono. Los puntos fuertes esperan a los favoritos en el último tramo de la cuarta etapa desde el Alto de la Asturiana hasta la meta en cuesta en Santurtzi y la traca final en Eibar, aunque sin la tradicional llegada junto al Santuario de Arrate. Y especialmente la cuesta final de la tercera etapa en Villabona, el muro de Hika, una pared de 230 metros con una media superior al 20 por ciento y rampas del 26 por ciento.