Pogacar: “Pude compensar el trabajo de mi equipo con la etapa”

Un día más aparecía tranquilo, risueño, bromeando. Tadej Pogacar arrancaba una nueva jornada, pero no esperaba acabarla en lo más alto del podio, como ocurrió en Longwy. O al menos ese no era el plan del UAE, como reconoció Matxín, el mánager, y Marc Soler, su compañero. Bienvenido sea. Siete victorias en el Tour de Francia, 41 como profesional, sólo 23 años, ganador de los dos últimos Tour de Francia y gran favorito para el tercero. En 2021 esperó hasta la octava etapa para vestirse de amarillo. En 2022 lo hace al sexto día (en 2020, en la jornada antes de París).

“Tenía buenas piernas desde la salida, aunque la espalda y las manos me dolían un poco después del pavés de ayer. Fue una etapa loca desde el comienzo”, recalca el esloveno, que ya se ha vestido de amarillo en detrimento de Wout van Aert, al que alabó. “El ciclista más fuerte del pelotón entró en la escapada y, aunque había muchos corredores tirando del pelotón, incluyendo mis compañeros, temía que acabara llevándose el triunfo”, reconoce. Un triunfo que fue para el propio Tadej: “Quería compensar a mi equipo por el trabajo (Majka y McNulty llegaron con él hasta el final), y pude hacerlo con la victoria de etapa. Lo demás es un extra”, añade sobre el vestirse de amarillo.

“Me moví en la penúltima subida porque temía que alguien lo hiciera antes que yo y quedarme encerrado”, destacaba. Su compatriota Roglic fue uno de los que lo intentó, en una de las famosas ‘distancias Roglic’ en la que ataca para ganar, pero eso sirve contra otro corredor que no sea Pogacar. Sobre la responsabilidad de asumir ya el liderato, Pogi evitó darle mucha importancia: “No me esperaba esta victoria. El equipo hizo un gran trabajo y pudimos ganar”. Y de esta forma llega a la primera etapa de montaña, la de este viernes, vestido de amarillo: “Es una de mis subidas favoritas”