La tormenta es Vingegaard
El danés triunfa bajo la lluvia para sumar su primera victoria de la temporada, la quinta en O Gran Camiño. Gran Bernal, segundo tras el campeón del Tour.
Durante los días previos a O Gran Camiño, el sol lucía en Galicia de forma pronunciada, algo extraño para los lugareños en esta época del año. “Galifornia”, llegaban a bromear por el buen clima. Todo cambió en la previa de la carrera. Fue arrancar O Gran Camiño y llegó el temporal, que estaba previsto, pero que no evita que el viento, el primer día, y la lluvia y el frío (alrededor de cuatro grados en la salida de Taboada) sean grandes protagonistas. Ropa de abrigo, chubasqueros y día de constantes cambios: sol en el control de firmas, lluvia fuerte para la salida, sol y arcoíris durante la jornada para que el agua vuelva a caer sobre los corredores. Galicia. Segunda etapa, primera con tiempos oficiales, porque pese a que Tarling lucía el maillot amarillo de la crono inaugural, en A Coruña todos acabaron con el mismo tiempo en la general. La tormenta no cesó al siguiente día, pero el dominador, con sol y lluvia, es el mismo: Jonas Vingegaard. Primera victoria de la temporada en su primer día competitivo del año tras vencer en solitario en Chantada.
De las cuatro provincias gallegas, este viernes tocaba recorrer Lugo. Carreteras estrechas, bellos paisajes por los viñedos de la Ribeira Sacra, con un sube y baja constante, cuatro ascensiones incluidas, con buena parte de la dureza concentrada en la segunda mitad de la etapa. Vingegaard y Bernal empezaron activos, tratando de buscar la fuga, y no les dejaron. No les afectó demasiado, porque finalmente ocuparon las dos primeras posiciones de la etapa, pero muchas cosas pasaron entre medias. La fuga se formó, con un nutrido grupo de corredores españoles, y los que más lejos llegaron fueron Xabier Mikel Azparren, con su inconfundible bigote, y Alex Molenaar, neerlandés de madre española. En la segunda y última ascensión al Alto de San Pedro de Lincora, el Visma se puso al frente del reducido grupo. Y Vingegaard se quitó el chubasquero. No se iba a quedar parado.
Por aquel entonces ya estaba lejos de la cabeza Carlos Rodríguez, que no tuvo un buen día y se dejó más de nueve minutos con los hombres más fuertes. Tendrá dos días para seguir poniéndose a punto de cara a los siguientes objetivos, como la París-Niza. A 6,7 km de Chantada llegó el primer arreón del danés, con el dorsal uno, el gran favorito, en Galicia y más allá. A su rueda solo resistieron dos corredores: el sorprendente Cepeda (Caja Rural) y Egan Bernal, que recordó al de sus mejores días. Este año es el primero ‘normal’ tras el grave accidente de hace 25 meses. Molenaar, dando protagonismo al Arabay Cycling balear, se enganchó tras ser neutralizado, pero poco pudo aguantar. A 3,7 km, pum, el ataque final.
Vingegaard lo volvió a probar y ya sí se fue solo. Coronó y descendió hacia Chantada. Celebró con las dos manos soltadas de manillar, poco habitual, beso al anillo y primera victoria del año. Difícil que sea la última... no en la temporada, sino en esta misma semana. Golpe de campeón y un maillot amarillo que oposita a vestirlo los dos días restantes. Cinco victorias en Galicia (tres etapas y la general de 2023 y esta jornada en 2024). Y eso que la crono de A Coruña, al no haber tiempos para la general, se la tomó tranquilo, sin riesgos.
“Mucha lluvia, pero es un día para estar feliz. El frío no es agradable, aunque es igual para todos los corredores. ¿Bernal? Fue bueno verle peleando de nuevo, y también me hace feliz haberle podido derrotar”, dijo Vingegaard en meta. Pasó por el podio y rápido hizo rodillo para soltar las piernas. El mejor de los españoles fue el cumpleañero Raúl García Pierna (23 velas), en el grupo del sexto. Este sábado, tercera jornada, a priori más tranquila. El mal tiempo seguirá y toca recorrer Ourense. Un total de 173 km Xinzo de Limia-Castelo de Ribadavia, con Vingegaard de amarillo. La tormenta seguirá, bien sea en el cielo o en la carretera.