En Valladolid también ondeó la bandera de Portugal

Valladolid fue una fiesta. La frase resume el ambiente real que se respiró en la 18ª etapa de La Vuelta. Y eso que los prolegómenos apuntaban a un desarrollo tenso por las movilizaciones contra la participación del equipo Israel por el genocidio de Gaza. Los rostros eran de preocupación en los organizadores por la mañana. El recorrido se había recortado a 12,2 kilómetros para blindar la seguridad. Los nervios se palpaban, pero la competición pudo celebrarse con éxito. Al margen de unos incidentes puntuales, que incluyeron dos detenciones, no se dieron más altercados. Hubo muchas banderas palestinas, pero las protestas se sucedieron con normalidad.

La crono coincidió con la visita de AS, diario oficial de la carrera. Tomás Roncero, leal a Cristiano Ronaldo, se presentó con la camiseta de Portugal. Un apoyo que trasladó a João Almeida, a quien saludó a pie del autobús del UAE por mediación de su técnico, Matxin, siempre acompañado del director del periódico, Vicente Jiménez, y del también subdirector Juan Gutiérrez, firmante de esta información. El mismo trío siguió luego en un coche de la organización a Almeida durante la etapa. AS fue talismán, porque el luso recortó diez segundos a Jonas Vingegaard. Durante el trayecto se pudo palpar el ambiente de una ciudad que celebra las Fiestas de la Virgen de San Lorenzo. Y comprobar que, en paralelo a las banderas de Palestina, también ondeaban varias de Portugal. Reivindicación y deporte convivieron esta vez en paz.

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