El Giro presenta el recorrido de 2023: Crans Montana, Giau, cronoescalada inédita y final en Roma
El Giro presenta el recorrido de una edición de 2023 (6 al 28 de mayo) ideal para el belga con 70 km de crono. Roma vuelve a acoger el final.
Dicen que todos los caminos llevan a Roma, aunque como final del Giro de Italia sea a cuentagotas. La capital italiana hará más especial la 106ª edición de la Corsa Rosa, ya que en 2023 acogerá por tercera vez en el siglo XXI el final de la carrera (antes, en 2009 y 2018). Este lunes, bajo la atenta mirada de invitados ilustres como Alberto Contador, el próximo Giro (6 al 28 de mayo) alzó el telón en el Giorgio Gaber Teatro Lirico de Milán, escenario donde se presentó de forma oficial un recorrido que pinta de lo más atractivo. Sus platos fuertes, fácilmente reconocibles: el final en Crans Montana, el etapón de Lavaredo con el Passo Giau incluido y la cronoescalada final al Monte Lussari.
Pero la carrera empezará a decidirse mucho antes, ya desde el primer día de competición. Esa será también una de las particularidades de la prueba en 2023, ya que la distancia total contrarreloj será de 70 km, cifra bastante superior a la de la pasada edición, que contó con la menor distancia de los últimos 60 años. Así pues, la Grande Partenza, como ya adelantó la organización del Giro hace unas semanas, será en el municipio costero de Fossacesia Marina, región de los Abruzos, donde tendrá lugar el primero de los test contra el crono: 18,4 km con una tendida subida al final en torno a 1 km. Muy posiblemente no habrá que esperar para ver a un favorito vestido de rosa a las primeras de cambio, sobre todo si Remco Evenepoel termina deshojando la margarita en favor del Giro y no del Tour para 2023. Además, la primera semana concluye para él sobre un escenario idílico con una crono completamente llana de 33 km, con meta en Cesena, en la que podría abrir diferencias significativas en la general.
En el segundo bloque de competición, los corredores se adentrarán en territorio suizo para completar una de las jornadas más épicas de todo el recorrido. Los números asustan: 208 km y 5.100 metros de desnivel que se reparten entre tres colosos como Grand Saint Bernard (Cima Coppi a 2.469 m. de altitud), Croix de Coeur (15,4 km al 8,8%) y el final en alto en Crans Montana (13,1 km al 7,2%). La guinda llegará, después de una segunda semana que finaliza con una jornada de media montaña en Bergamo ideal para emboscadas, con un último bloque de carrera en el que tres etapas sobresalen por encima del resto. La 16ª, con un encadenado de cinco puertos y el final en alto de Monte Bondone; la 19ª, que bien podría considerarse como etapa reina con la ascensión de cinco cotas (Passo Giau coronado a 40 km de meta) que transcurren siempre por encima de los 1.200 m. de altitud, incluido el exigente final en Lavaredo (rampas de hasta el 18%); y la 20ª, la que probablemente sea la más decisiva de todo el Giro con la temible e inédita cronoescalada al Monte Lussari (7,3 km al 12% y rampas del 22%).
Todavía es pronto para hacer cábalas y hablar de favoritos, pero no cabe duda de que con un recorrido de 70 km contrarreloj (algo casi extinto en la actualidad) y una alta montaña que, si bien es tremendamente exigente, no contará con los mayores colosos que forman parte de la historia de la carrera (Zoncolan, Stelvio, Mortirolo, Blockhaus...), Evenepoel partiría en la pole position para hacerse con su primer Trofeo Senza Fine. ¿Remco recogerá el guante?