Ibon Ruiz, un héroe en su casa
El corredor vitoriano del KernPharma, que ayer permaneció más de 200 kilómetros escapado y se le escurrió la victoria en los últimos 400 metros, llega a su tierra con ganas de resarcirse.
El Casa Patrón de Murgia es un hotel de ciclismo. En su día, la ONCE de Manolo Sáinz recalaba en este centro hostelero porque Pablo Antón, el patrón, reside muy cerca. Incluso hay una anécdota con Laurent Jalabert. Concentrados de cara a una carrera, a la hora de cenar, todos tomaron carne, pero él pidió pescado. Al día siguiente, fue el único que se sintió indispuesto y abandonó la prueba. Los corredores tienen que cuidar la dieta y no se pueden pegar homenajes así como así.
En el Patrón, en plena plaza del ayuntamiento de Zuia, ha pernoctado esta noche el KernPharma de Ibon Ruiz Sedano, el héroe de la segunda etapa de la Itzulia. “He dormido bien, no le he dado muchas vueltas a lo que hice ayer porque no hay mucho más que hacer. Ahora me voy a centrar en luchar por la montaña. Ayer me llevé el premio de la combatividad y lo importante es que se nos está viendo. Es para estar muy contentos”, ha comentado para el Diario As tras tomarse un café cortado en la zona cubierta del mirador a la plaza.
En la misma línea se ha manifestado su director deportivo, Juanjo Oroz. “Ya os comenté el día de puertas abiertas con los medios que nosotros queremos ser protagonistas en las carreras. Y ahora que nos han invitado a la Vuelta, pues mucho más. No solo pensamos en meternos en las escapadas, sino que, en un momento dado, hay que fugarse de los fugados. Y eso es lo que hizo Ibon ayer. Estamos muy orgullosos porque, ya en la Volta a Catalunya, estuvimos a punto de ganar una etapa. Vamos a intentar dar guerra siempre, eso lo tenemos muy claro”, comenta el ex – ciclista del Euskaltel.
Ibon atiende a su padre por teléfono. Este le pregunta si ha visto imágenes de la etapa y le dice que “no, por ahora ni siquiera me ha dado tiempo a hacerlo. Ayer todo eran mensajes de los amigos, familiares y compañeros”. Su aita también le comenta que el gran Miguel Indurain le dedicó unas palabras de admiración en la televisión en la línea de meta de Viana. “Ya, ya me han comentado. No se puede pedir más, la verdad, ya comenté ayer que si eso era verdad la verdad es que había hecho el día”, añade en conversación telefónica a su padre. Se le ve relajado, centrado, con dos tonalidades en la cara: oscura en la tez y blanca en el cuello. Estar expuesto al sol tiene estas cosas. Más de 200 km escapado y atrapado en los últimos 400 metros de la carrera. “Fue muy duro, estaba convencido de que llegaba. Pero luego, más frío, estudias la fuga y te das cuenta de que tampoco nos estábamos entendiendo del todo y que nos iban a coger. Por eso tiré al final. De verdad que soñé con la victoria, habría sido increíble. A ver estos días…”, dice Ruiz Sedano, vitoriano. Hoy y mañana tendrán lugar las etapas alavesas.
“Vámonos”, dicen los auxiliares. “Que llega la Korrika”, añade el conductor del autobús. El recorrido de la marcha solidaria con el euskera está coincidiendo en estos primeros días con el trazado de la Itzulia. Ocurrió ayer en Navarra y se repite el hecho hoy por Álava. “Una pena, balón al palo”, asegura un mecánico mientras amarra bien las bicicletas al techo del coche B. “Más que al palo, para mí fue gol fantasma…”, añade otro que pasa por allí. Solo hace falta que Ibon Ruiz haya cuidado su dieta y que ayer por la noche no cambiara la cena prevista por el equipo como hizo Jalabert en su día. Poco faltó porque el cava ya estaba enfriándose en la cubitera. Pero al final fue Alaphilippe el que invitó a sus compañeros a champán.