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CICLISMO

La odisea de Matteo Jorgenson tras la París-Roubaix

En una entrevista con Cycling Weekly, el ciclista del Movistar confesó que le habían encontrado bacterias de origen animal en un análisis de sangre tras la carrera.

Matteo Jorgenson, en una de sus paradas durante la pasada París-Roubaix.
Instagram @matteojorgenson

Matteo Jorgenson fue uno de los corredores que más sufrió durante la pasada edición de la durísima París-Roubaix, en la que los corredores tuvieron que hacer frente a los temidos adoquines y al barro por culpa de las condiciones climatológicas, aunque la odisea de Jorgenson se prolongó durante varios días más a causa de unos problemas de salud.

El propio Jorgenson confesó en su cuenta de Instagram que sufrió varios problemas estomacales en la carrera. "A veces la naturaleza te llama y no tienes más remedio que responder. Perdón a todas las mujeres y niños que querían ver un día bonito en París-Roubaix, pero es el Infierno del Norte. Seis horas con mierda de vaca y barro en la boca hicieron que tuviera que parar a evacuar una vez y media". Sin embargo los problemas de Jorgenson no se quedaron ahí.

En una entrevista al portal Cycling Weekly, el ciclista estadounidense del Movistar confesó que a raíz de aquello sufrió fiebre y se sintió bastante mal. "No sé qué pasó, pero sí que después me sentí bastante enfermo. Menos mal que había un médico en uno de los pisos de abajo de mi bloque y una noche, a las tres de la mañana, que no podía dormir y que me sentía con fiebre, fui, le llamé y le dije que necesitaba ayuda"

La sorpresa fue aún mayor cuando Jorgenson conoció los resultados de los análisis de sangre que le hicieron. "Me hizo un análisis de sangre y encontró bacterias en mi sangre, y muchas de ellas eran de origen animal. Me dijo que eso sólo le pasa alguien cuando ha comido o le han inyectado heces de animales. Me dio unos antibióticos que funcionaron pero aún tuve varias molestias en los días posteriores".

Sin embargo Jorgenson cree que los problemas estomacales que sufrió al inicio de la París-Roubaix se debieron a lo que comió en la carrera. "No sé si mis problemas estomacales ese día se basaron en eso. Creo que se debieron más a lo que comí durante la carrera, con geles y barras desde el principio y después de siete horas no me sentó bien. Tuve que parar dos veces durante la carrera, no me podía aguantar". Una experiencia que Jorgenson espera que no se repita en sus futuros regresos a la París-Roubaix.