CICLISMO

El duro paso a la élite

Josu Etxeberria, ciclista de 21 años del Caja Rural-Seguros RGA, da sus datos y habla sobre el difícil salto desde el ciclismo amateur al profesional.

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Josu Etxeberria cuenta su salto al ciclismo profesional.
Elise Chauveau Tour de l'Ain

Josu Etxeberria, navarro de 21 años del Caja Rural, es uno de los corredores más prometedores del equipo de su tierra. En dos temporadas con el filial logró cinco victorias: en 2019, jornadas en las Vueltas a Palencia y a Cantabria, y en la Antzuola Saria; en 2020, la general de la Vuelta a Zamora y su etapa reina. Estos resultados le sirvieron para rubricar un contrato con la primera plantilla del Caja hasta 2022. Sin embargo, el estreno y la adaptación a la élite cuesta más de lo deseado. Etxeberria compartió con AS sus datos de potencia como amateur y los de 2021, el primer curso como profesional, y no duda sobre su conclusión: "Se rueda rapidísimo, la diferencia la marca la velocidad".

Etxeberria amplía sus explicaciones: "En el campo aficionado y Sub-23 sueles encontrarte con rivales de tu edad o, como mucho, cuatro años más. En pros hay gente que te saca diez o más y que compite con muchísima fuerza. En cuanto se lanza una carrera, se acelera bestialmente. En amateur se va a ritmo constante, y cuando subes de nivel se hace más difícil". En su caso, cogerle el aire a la categoría le ha llevado "un duro trabajo físico y psicológico": "Si vienes de ganar y no consigues aguantar la marcha de los mejores, la cosa se complica. Por eso debes confiar en los entrenamientos y conservar la cabeza serena, sin nervios". Él ha evolucionado de triples dígitos en sus primeras clasificaciones a acabar 37º en Gran Bretaña (Van Aert batió a Hayter y Alaphilippe), su mejor puesto en una general en 2021: "Me siento más hecho, consiste en dar pasitos adelante".

El ciclista del Caja Rural se posiciona "totalmente en contra" de buscar atajos para incrementar el rendimiento, pese a que en algunas ocasiones "el panorama se ve negro": "Depende de la personalidad de cada uno, pero recurrir a sustancias es trampa. Aunque me gustaría disputar con los corredores punteros, si no lo logro habrá que sacrificarse más".

Con las ideas claras, también asegura que existe relevo generacional en el pelotón nacional (sin triunfos en ninguna de las tres grandes por primera vez en la historia), pero que se requiere "paciencia y fomentar la base": "Pronto disfrutaremos de unos chavales jóvenes con opciones de alcanzar éxitos, aunque no a todos se les podrá exigir el Tour, como nos acostumbramos en épocas recientes. Hay que apostar por la cantera, por crear o mantener estructuras y pruebas para que se desarrolle el talento". A él le encantaría sumarse a esa hornada de los Juan Ayuso o Carlos Rodríguez. Y como objetivos para 2022, "mejorar cada día y estar en el País Vasco y La Vuelta". Eso sí, "con dedicación y humildad": "Ya se comprobará hasta dónde llego".