Kenny Elissonde fue uno de los beneficiados por la caída masiva. El francés del Trek, tercero en el Picón Blanco tras el hasta ayer líder Taaramäe, sí pudo esquivar la montonera, algo que no pudo el estonio. “Era una etapa con mucho peligro, se había levantado el viento, la gente iba muy nerviosa por la posibilidad de que se produjeran abanicos… sabía que podía ocurrir algo así. Cuando se fueron al suelo, yo estaba colocado entre los 15 primeros del pelotón, así que me sirvió para no caerme también”, explicó Elissonde, que quiso resaltar que trabajó para no sufrir problemas y le salió bien.

Sin embargo, se apenó por Rein Taaramäe. “Es un gran ciclista y buena persona. A nadie le gusta colocarse de líder por una cosa como esta. Ojalá lo hubiera conseguido con Rein encima de la bicicleta, pero también todos sabemos que esto es ciclismo y estas cosas pasan”, contó ya vestido con el maillot rojo.

Para este escalador francés de 30 años, que fue reclutado por Marc Madiot cuando destacaba en el MTB, este liderato puede ser considerado uno de los grandes hitos de su carrera, pero no el mayor. Ese también lo logró en La Vuelta hace ocho años, el triunfo en una cima mítica como el Angliru, uno de los dos triunfos profesionales que figuran en su palmarés. Desde entonces ha militado en el FDJ, el Sky y en el Trek desde la pasada temporada, siendo dos top-20 en la general de la ronda española sus mejores resultados en generales.

A partir de ahora, el corredor francés no se pone objetivos, ni siquiera llegar de líder a la próxima jornada de descanso porque sabe que si hay “batalla entre los favoritos”, va a ser muy difícil que aguante: “Ser líder de La Vuelta ya es una gran alegría, intentaré defender este liderato con todas mis fuerzas, porque cuando llevas esta prenda hay que intentar mantenerla, pero veremos, sólo tengo cinco segundos sobre Roglic y eso no es nada”.