La espectadora que provocó la caída está detenida y Soler medita una denuncia
En una tribuna en La Vanguardia, el ciclista del Movistar cargó contra la UCI, la ACP y la aficionada, que ya está arrestada, según informó la fiscalía.
Después de su abandono en el Giro, a Marc Soler le mandó a casa la imprudencia de una espectadora en el Tour. Camille Miansoni, fiscal de Brest, confirmó que la sospechosa ya está identificada y arrestada, pasó a disposición de las autoridades en Landerneau, se enfrenta a una investigación formal (por un delito procesable en Francia con un año de prisión y una multa de unos 15.000 euros) y a querellas de los afectados, como ASO o Jasha Sütterlin, lesionado. O como el corredor de Movistar, que en una tribuna publicada en La Vanguardia se explayó a gusto: “Medito denunciar a la aficionada, porque siento mucha rabia”. El catalán aprovechó para asegurar que tiene rotas las cabezas de los dos radios y también la del cúbito izquierdo. Aunque no necesitará cirugía, reveló que le queda una larga recuperación: “Ojalá dispute alguna carrera más antes de que concluya la campaña, pero de la Vuelta me puedo despedir”.
Soler ofreció su visión sobre la caída que sufrió en la primera etapa: “Llevo una temporada bastante complicada. La retirada del Giro me fastidió, pero la del Tour es todavía peor, porque no se produjo por una circunstancia de carrera, sino por una espectadora a la que evidentemente no le gusta el ciclismo. Toda la preparación, a la basura. La montonera llegó en un punto en el que la carretera se estrechaba mientras buscábamos posiciones delanteras. De repente vi que los Jumbo caían a mi derecha y me choqué con Teunissen. Volé, di una voltereta y me apoyé con las dos manos. Me dolían mucho y aparte sufrí golpes en la cara y en el hombro. Faltaban unos 50 kilómetros y me dijeron que probara. A pesar de que crucé la meta, resultó imposible continuar”.
Por último, como Peter Sagan en el Tour ("No sirven para nada"), criticó la labor de la UCI y la ACP a la hora de garantizar la seguridad del pelotón: “Tenemos una organización, la Asociación de Ciclistas Profesionales, que debería defendernos. Para poner la mano, funciona, para trabajar, poco. Y la UCI únicamente se preocupa de medidas estúpidas como la de los bidones, en las cosas serias como nuestra seguridad no se mete. Sólo están para tonterías. Como a final de mes les va bien, no se molestan del resto. Esto es un negocio, cada uno se dedica a lo suyo y los corredores somos los que ponemos el cuerpo”.