La temporada de clásicas arrancó de forma ilusionante a finales de febrero para Philippe Gilbert. El belga mostró un buen nivel en la Omloop Het Nieuwsblad, luchando por las posiciones de privilegio hasta cruzar meta en quinta posición. Pero tras su paso por París-Niza, con la intención de acumular kilómetros que mejorasen su puesta a punto, la gasolina se ha agotado. Y es que el corredor del Lotto Soudal suma tres resultados de lo más discreto en sus últimas participaciones: un 72º puesto en Milán-San Remo (único Monumento que le falta en su palmarés) y sendos abandonos en E3 Saxo Bank Classic y Gent-Wevelgem.

Todas esas malas sensaciones han propiciado la renuncia de Gilbert al Tour de Flandes (4 de abril), cita que ya ganó en 2017. Así lo explica el excampeón del mundo en el comunicado oficial de su equipo: "Decidimos con el equipo que ahora me tomaría un tiempo de descanso porque no va nada bien. Nos tomamos el tiempo de analizar todo lo que había que discutir y llegamos a la conclusión de que se trata de una falta de frescura mental y física. Creo que se debe a todo el trabajo que hice después de mi accidente en el Tour de Francia el año pasado. Tuve un mal diagnóstico de la rodilla. Realmente no nos dimos cuenta de lo grave que fue ese segundo accidente. Tal vez debería haber detenido mi temporada 2020 en ese momento".

El dolor en la rodilla de Gilbert no desaparecieró hasta su participación en Milán-San Remo, pero aun así explica en el comunicado del equipo que su estado de forma no es el adecuado a estas alturas de curso. Esta incertidumbre se traslada ahora a las clásicas de las Ardenas, donde ahora mismo no está garantizada la presencia del belga. "Mi idea es pasar de cuatro a cinco días fuera de la bicicleta y luego retomar el entrenamiento lentamente. Los Ardenas siguen siendo una opción, pero aún es pronto para hablar de esto. Primero, quiero sentirme al 100%, tanto física como mentalmente, para poder desempeñar un papel competitivo. Al fin y al cabo, por eso practico deporte", concluyó Philippe. Sólo queda cruzar los dedos para verle pronto sobre el asfalto.