Cavendish se codea con los mejores 987 días después

Cuando Mark Cavendish terminaba la temporada pasada entre lágrimas las pruebas belgas, entregando su dorsal a algunos rivales, e incluso guardando alguno de ellos, se intuía que la retirada del británico estaba muy cerca. La posibilidad de verle competir en 2021, año en el que cumple 36, se antojaba complicada, y más sabiendo que no seguiría en el Bahrain. "Podría haber sido mi última carrera. Quería disputar esta prueba y me encanta competir en Bélgica. Es una carrera pura que me hace sentir de nuevo como un niño. No tengo ganas de parar", dijo tras la Gante-Wevelgem en octubre. Sin embargo, todo cambió en diciembre.

El potente Deceuninck anunció su fichaje, entre la sorpresa de compañeros de pelotón y aficionados. El de la Isla de Man volvía a la que fue su casa durante las temporadas 2013, 2014 y 2015, una de una de las etapas más prolíficas de su carrera deportiva. En las filas del conjunto que dirige Patrick Lefevere, Cavendish dejó la impresionante cifra de 44 victorias, ocho de ellas en grandes vueltas. Ahora llegaba con una larga sequía de triunfos, con numerosos velocistas en la escuadra belga y, posiblemente, en el equipo más potente para las clásicas. El reto era que volviese a ser competitivo, y poco a poco lo están consiguiendo.

El campeón del mundo en 2011 cuenta con 30 victorias en el Tour de Francia, 15 en el Giro de Italia y 3 en la Vuelta a España. En total, 146 victorias. La última, en una etapa del Tour de Dubai el 8 de febrero de 2018. De eso han pasado ya 1.123 días, y hasta este domingo en el GP de Monseré Cavendish no había estado tan cerca de volver a ganar. En la clásica belga se impuso Tim Merlier, del Alpecin, que sigue con sus buenos resultados esta temporada.

Segundo, sin tener opciones reales de victoria, fue Cavendish, que vuelve a ocupar los puestos de honor en las volatas. No terminaba en segunda posición (tan cerca de ganar) desde la quinta etapa de la Ionica Race italiana en 2018... hace 987 días. Poco a poco, y obviamente lejos de los mejores velocistas, pero una de las estrellas más importantes del presente siglo sueña con volver a levantar los brazos.