La metamorfosis de Indurain
El navarro debuta junto a su hijo la XV Titan Desert. "He subido puertos duros como profesional, pero esto es completamente diferente", destaca.
Dicen los maratonianos que la sensación tras acabar la carrera es indescriptible, de una alegría inmensa, pero que el vacío es igual de grande en el regreso en avión a casa, teniendo que buscar un nuevo objetivo para saciar esa hambre. Es lo que tienen los grandes deportistas, ya sean conocidos o no. Recientemente Alberto Contador hizo Madrid-Valencia en bicicleta para retarse a sí mismo. Algo similar le ocurre a Miguel Indurain. El ciclista de Villava se 'picó' -sanamente- hace una semana con Martín Fiz en un pequeño duatlón por Valladolid y ahora está disputando la decimoquinta edición de la Titan Desert, una de las pruebas más duras de MTB.
"He subido puertos duros como profesional, pero por carretera. Aquí la forma de llevar la bici es completamente diferente", explica el de Villalva a AS desde el Mini Hollywood, en la localidad almeriense de Tabernas, escenario de algunas de las películas más conocidas del lejano oeste como 'La muerte tenía un precio', 'El bueno, el feo y el malo', 'Conan el Bárbaro' o 'Indiana Jones y la última cruzada', entre otras. Es en el Desierto de Tabernas donde se está disputando este año la XV Titan Desert, debido a que se aplazó en abril, cambiando su ubicación habitual (el Desierto del Sáhara, aunque también se ha celebrado en Arabia Saudí).
A pesar de su experiencia en el ciclismo, Induráin está viviendo una etapa totalmente diferente. "Esto no tiene nada que ver: las carreteras, los caminos por donde nos meten, el tipo de bicicleta... Yo soy más de rodar por pista, por lo que la arena, los ríos y eso no es lo mío", apunta el navarro, que está disfrutando desde el lunes como un niño pequeño. La experiencia se multiplica aún más con la presencia de su hijo Miguel, quien también ha completado las dos etapas que lleva la Titan Desert.
Ambos visten los colores del KH7-Logifrío, el rival a batir, contando en sus filas con Melcior Mauri, quien hace de director, y Josep Betalú, que se impuso en la jornada del martes para vestirse de líder y enfilar el que podría ser su quinto entorchado consecutivo, algo que nunca ha conseguido nadie. El pequeño de la casa de los Indurain comienza la etapa junto a su padre, aunque después cada uno lleva su ritmo. "Nos animamos a correr ambos y empezamos juntos", explica el ganador del Tour de Francia en cinco ocasiones.
Aunque el espíritu de campeón no se pierde nunca, no ha ido a la Titan Desert a ganarla. "Con acabar tengo suficiente. ¿Una etapa? No. Quiero disfrutar de la bici. Hay gente muy buena, profesionales de esto y con mucho nivel", expone, contento por rodar por Almería, tierra que ya conocía de haber corrido, destacando el buen tiempo que hace para practicar ciclismo. Antes de alcanzar el ecuador de la carrera (son cinco etapas, finalizando el viernes y pasando el jueves por el Alto de Velefique) el navarro se pronuncia sobre La Vuelta.
"Es bueno que en la última semana haya varios con opciones de victoria. Es un año raro porque algunos favoritos no están, hay gente nueva, unos han entrenado más y otros menos, pero está siendo una Vuelta disputada", dice un Indurain que seguro que tiene en mente algún reto más como imponerse en la categoría máster-50 como broche de oro en una semana en la que hará 8.459 de desnivel positivo en los 428 kilómetros.