"Una crono como la de Ézaro es un escaparate para las marcas"

"Un día como el de esta contrarreloj de Ézaro es cuando un fabricante presente en el pelotón se la juega, cuando está poniendo a prueba y mostrando al mundo la excelencia de su producto en el gran escaparate del ciclismo", opina José Casla, director general de Giant Ibérica, un histórico en el mundo de los fabricantes. Él fue el responsable de que la marca taiwanesa, primer fabricante mundial, diera el salto a la élite del pelotón profesional y lo hiciera por todo lo alto: "Era 1997, y aunque en el mundo industrial Giant era muy conocida, no tanto en el comercial. Y propuse patrocinar a un equipo ciclista en Europa de la talla de la ONCE. Nuestra llegada tuvo una gran repercusión".

Fueron tiempo de evolución, de pelear con la UCI para que aceptara las modificaciones que venían a dar un giro a las geometrías de las bicicletas. Un afán de evolución que sigue en la actualidad... aunque no dé dividendos a las fábricas: "Para patrocinar a un equipo World Tour , los recursos que se gastan son enormes. No sólo en el material en sí, sino en los departamentos que se dedican a la investigación, que no todas las marcas los tienen. Pero sí creo que compensa. Al final, llegas al consumidor por este tipo de canales, porque el que monta en bici suele ser muy aficionado al ciclismo y ve tu mejor producto a pleno rendimiento".

Giant se encuentra presente en La Vuelta como patrocinador del CCC después de haber estado siempre en la élite del pelotón con ONCE, T-Mobile, Rabobank... "y los días de contrarreloj son vividos en las marcas como una jornada especial. La exposición del producto es mucho mayor y también su influencia. Una bici de crono más pesada, rígida pero con mayor carga aerodinámica que la polivalente. La diferencia entre modelos puede estar en desde una décima a medio segundo por kilómetro. En 32 km llanos podemos estar hablando de 16 segundos y mire las diferencias que se están dando en La Vuelta", opina Casla.

La bici que se ve y la que se compra

Datos que a veces no son perceptibles para el aficionado, pero que sí son imagen de marca, aunque luego un fabricante sepa que no es la bici que se ve por la televisión la que busca el comprador, aunque sí parecida: "La bici que lleva el CCC, por ejemplo, se puede comprar, con alguna variación, pero se vende. Eso sí, el número que se compra es insignificante para nuestras ventas. Pero ese modelo nos ayuda a mejorar y a promocionar. La bici que lleva el equipo World Tour está en el mercado sobre los 10.500 euros. La que más vendemos en carretera es una TCR, una réplica muy parecida, pero con diferencias tecnológicas, y cuesta 3.800 euros".