Ulissi se lleva la gloria ante el ambicioso líder Almeida

El Deceuninck sólo sabe correr de una manera: con la victoria entre ceja y ceja. Y esa filosofía la ha adoptado a la perfección Joao Almeida, el joven portugués de 22 años que viste la maglia rosa desde el tercer día y no lo hace de manera pasiva. La honra en cada jornada. En la 13ª, con final en Monselice y animada por dos duros muros finales, intentó ganar y se quedó a poco de lograrlo, pero Diego Ulissi, con un punto más, se apuntó su segundo triunfo en este Giro. No obstante, Almeida no se fue con las manos vacías: 6 segundos de bonificación por la segunda plaza.

Fue el desenlace de una etapa que reservaba todo el picante para el final, donde se encontraban los dos muros que seleccionarían la carrera. Hasta allí llegó la fuga de la jornada, formada por seis ciclistas, de los que Bouchard (Ag2r) y, sobre todo, Tonelli (Bardiani) fueron los que más aguantaron en cabeza, aunque la aventura se acabó en el primer muro, Roccolo. En la ascensión, 4 km al 8% con rampas al 20%, Peter Sagan hizo su apuesta. El Bora puso a tirar a Fabbro y Poljanski para descolgar a Demare, el tirano de las volatas. La estrategia funcionó, porque el Groupama se vio pronto descolgado, aunque luego conseguiría enlazar.

En el siguiente muro, Calaone (2,1 km al 9,8%), la selección se volvió a producir, aunque en esta ocasión no sólo Demare flaqueó, sino también el propio Sagan, al se le escaparon las opciones. Ahí apretó el UAE con Conti y el propio Ulissi. También el Movistar, manteniendo esa postura tan ofensiva con la que están encarando este Giro. El Deceuninck del líder Almeida puso el ritmo definitivo para no permitir que nadie más se apuntara a la lucha por la etapa. Aún así, el eslovaco no tiró la toalla e incluso arrancó junto a Swift, otro con opciones en un esprint reducido, en la última carta para enlazar, pero esta vez no lograron el resultado deseado.

Sin el eslovaco y el británico, Almeida se vio con opciones y luchó por el triunfo. El portugués, que ha puesto fecha de caducidad a su liderato en el duro final de semana, no tuvo miedo de meterse en la llegada en la que apenas le faltó un palmo para batir a Ulissi, pero el italiano es otro de los que no perdonan cuando huele la sangre y no falló para apuntarse su segundo triunfo en este Giro.