CICLISMO
Una década de la maglia rosa de David Arroyo en el Giro: "Fue y seguirá siendo un sueño"
Este 22 de mayo se cumplen diez años de la primera vez que Arroyo se vistió de rosa. Estuvo cinco días y acabó 2º. Ahora, repasa en AS aquella hazaña.
Este viernes, se cumplen diez años desde que David Arroyo, en las filas del Caisse d'Epargne (actual Movistar) se vistiera con la maglia rosa de líder del Giro por primera vez en su carrera. Fue en la 14ª etapa con final en Asolo, conquistada por Nibali, en la que se colocó en lo más alto de la general (ese día fue 12º), pero esto fue posible gracias a la histórica fuga-bidón de 56 corredores camino de L'Aquila en en la 11ª etapa. Muchos de los favoritos al triunfo final se dejaron más de doce minutos ese día: Basso, Vinokourov, Evans, Nibali, Scarponi, Cunego... mientras, tras aquel día, los españoles sonreían: Arroyo se puso 2º en la general tras Porte, Xavi Tondo 4º, Sastre 8º... quedaba mucho por delante.
Fue camino de Asolo cuando Arroyo pudo descolgar a Porte y vestirse de líder. "El equipo se volcó conmigo y el objetivo que nos marcamos al llegar era hacer una buena actuación, a poder ser entre los diez primeros y quizá sexto como máximo. No pensábamos que pudiéramos pelear por el Giro, pero todo salió a la perfección", cuenta Arroyo para AS desde Talavera, su ciudad y en la que ahora practica MTB en el equipo Primaflor Mondraker X-Sauce ("ruedas gordas") con 40 años tras retirarse en 2018 de la carretera. Después de ponerse líder, quedaban siete etapas por delante, y los grandes rivales eran Basso y Nibali, ambos del Liquigas. "Lo que me dijo el director era que mejor ir perdiendo poco tiempo cada día, pero a mi ritmo. En caso contrario, llegaría un día que perdería más de 20 minutos de golpe", añade.
Perdió la preciada malgia rosa camino de Aprica, dos días antes de la conclusión de la carrera, pero lo hizo a lo grande con un descenso histórico al Mortirolo tras coronar con varios minutos perdidos con los puesto de cabeza. Logró recuperar y conectar con un grupo perseguidor, pero el trío italiano compuesto por Basso, Nibali y Scarponi se entendió a la perfección para derrocar al español. "Es cierto que ese descenso es de lo más comentado de mi carrera, pero realmente no lo pensé. Solo tenía en mi cabeza luchar por lo que había conseguido. Es una prenda que te hace dar todo. Creo que a día de hoy, de normal, no sería capaz de repetir algo así", destacó Arroyo, que en las grandes Vueltas consiguió un triunfo (en Segovia en la Vuelta a 2008) y cinco en total en su carrera.
Sin embargo, la segunda posición supo a gloria. "Siempre fui más de trabajar para otros, sabedor de mis características y mi potencial. Sin embargo en ese Giro, que era mi carrera favorita, Unzúe me dio libertad, al igual que al resto de compañeros. Libramos todo: caídas, desfallecimientos... y cogimos la fuga buena. Luego, si te pones a descontar el tiempo de aquella fuga, lo 'real' era haber terminado como habíamos previsto. Para mí, luchar por el Giro y vestirme de rosa fue un sueño y seguirá siéndolo", apunta. En total, compitió en 18 grandes Vueltas y aquel Giro fue lo más destacado de su longeva carrera, terminada hace dos años tras pasar por la ONCE, Pecol, Caisse d'Epargne, Caja Rural y Efapel.
De todos sus compañeros, se queda con uno por encima del resto: Alejandro Valverde. "Es muy complicado hacer lo que hace siempre, disputar todo tipo de carreras de inicio a final de temporada. Ahora con 40 años hace 5º y la gente dice oh, pero es que sigue al pie del cañón... ¡con 40 años!". David, por su parte, se centra ahora en el MTB y en disfrutar los parajes de su zona. Con tranquilidad, y disputando pruebas en las que le acompañan su mujer y su hijo. "Estoy satisfecho y me siento bien, no quiero desconectar del todo de la bicicleta". Por ahora, así será.