-Esta temporada cumple 40 años. ¿No le da vértigo?
-Dicho así impacta un poco, pero al final se trata de un número, porque la ilusión por el ciclismo sigue intacta. Eso sí, también debo ser realista y saber que pasa el tiempo, que acumulo mucho desgaste por la edad y por andar siempre arriba en la pelea de las carreras. Si no me sintiera al máximo y con opciones de disputar y aspirar a más victorias, lo habría dejado ya.
-¿Se encuentra preparado para el momento en que no consiga luchar por los triunfos? -Bufff, eso resultará muy duro. Aunque es ley de vida y normal que te supere gente de 35 o 25, cuesta aceptarlo y adaptarse a que te batan en competiciones en las que sueles desempeñarte bien por tus condiciones. Pero qué le vamos a hacer…
-¿Y listo para una infrecuente campaña con 14 fichajes en el Movistar? -Movistar tenía que realizar cambios después de un par de años en los que logramos buenos resultados, aunque a veces no funcionamos todo lo bien que deseábamos. Se incorporan 14 corredores, nos traen innovaciones en el material, Patxi Vila llega al staff técnico… Cuando se llevan a cabo transiciones así debes asumirlo con naturalidad y buena predisposición.
-Usted ha contado con infinidad de compañeros en sus 18 cursos como profesional. ¿Alguna característica de alguno que destaque por encima de los demás? -Los cojones de Nairo, su fortaleza mental.
-¿Qué nos comenta del nuevo tridente de líderes que integrará junto a Enric Mas y Marc Soler ? -Yo me siento contento, con ganas de ayudar a Enric y a Marc a que crezcan. Son dos chicos jóvenes, con margen de mejora, que han demostrado cosas bonitas. Continúo entre los que toman responsabilidades y me exigen, lo que me motiva. A ellos también se les pedirá dar un pasito al frente, y no me importará sacrificarme por el bien del grupo. Al final, disfruto de un palmarés bastante grande (con 128 victorias) y se trata de que triunfe el Movistar.
-Se supone que intentarán evitar los roces que se produjeron en el pasado con Nairo y Landa. -¿Y quién no discute en una convivencia, cuando se busca vencer y te ves envuelto en tensión competitiva? Éramos varios capitanes, claro que nos enfadamos, y se nos pasó. Por mi parte queda agradecimiento de compartir maillot con dos ciclistas excelentes, ojalá les vaya bien. Pero no mucho si coinciden sus objetivos con los nuestros (risas).
-En su lista cada vez restan menos desafíos. ¿A qué apuntará en este 2020? -A los Juegos de Tokio, sin duda. Me falta esa medalla en el currículum. Dispongo de etapas y de podios en las tres grandes, de clásicas, del Mundial… Supondría la guinda, además en mi quinta participación olímpica.
-Con su gen implacable, ¿de verdad abandonará en el Tour para preparar los Juegos? -Una vez allí costará decidir. El Tour es el Tour, hay que honrarlo. Si pretendo rendir cerca de mi 100% en Tokio, seguramente lo mejor resultaría retirarse antes, descansar un poco, entrenarse y aclimatarse. Dios dirá, al Tour no acudes de cualquier manera.
-¿Y 2021 se convertirá en el año de su despedida? -Seguro. Ese y no más. Quiero cumplir dos temporadas al más alto nivel y marcharme. Entrar en el organigrama del Movistar tras colgar la bici también me ilusiona muchísimo. Deseo aportar a esta familia desde cualquier posición.
-¿Imaginaba una trayectoria tan longeva en sus inicios? -Qué va, ni lograr la mitad de lo que he alcanzado. Pensaba que a los 32 o 33 estaría en mi casa, tan a gusto, y en abril me caen los 40 tacos…