"Mi próximo reto podría ser correr una grande después de los Juegos", aseguró Mathieu van der Poel antes de debutar este domingo en la temporada de ciclocross. El neerlandés reapareció sobre el barro, disciplina de la que es campeón del mundo, y lo hizo con una asombrosa victoria en el Superprestige de Ruddervoorde, donde, luciendo el arcoíris, se mostró muy superior a los rivales y despejó las dudas que había levantado el hecho de que haya pospuesto su arranque en la temporada de ciclocross. La próxima cita será el Europeo de la especialidad y su gran objetivo es revalidar el título mundial en febrero.

Pero el ciclista de 24 años no pierde de vista la carretera y tras su tremendo 2019 (10 triunfos, incluida la Amstel Gold Race), en 2020 podría ampliar su calendario (sólo compitió 31 días). "Me gusta tener nuevos desafíos. Para 2020, lo primero son los Juegos, pero después me gustaría correr una grande", aseguró en unas declaraciones recogidas por el medio de su país, AD. En Tokio, su intención es competir en mountain bike (la prueba se celebrará el 27 de julio), disciplina que, como en la carretera, ha logrado grandes resultados.

Tras la cita olímpica, la Vuelta arrancará el 14 de agosto con tres jornadas en Holanda, lo que la haría más especial para Van der Poel y le da opciones a su equipo, el Corendon-Circus, que sólo podría acudir con una invitación ya que es de la segunda categoría. Para 2020, el organizador sólo tendrá dos plazas para invitados en una temporada con tres equipos españoles optando a ellas (Caja Rural, Burgos y Fundación Euskadi). El Cofidis, otro clásico de la ronda, será World Tour y tendrá plaza fija.

De momento, las prioridades más próximas de Van der Poel son otras, pero el corredor no rehuye desafíos sobre la bicicleta, donde se ha convertido en una sensación en cualquier modalidad en la que compita. Un deporte donde su familia tiene larga tradición, pasando por su padre (Adrie van der Poel, reconocido corredor de ruta y ciclocross) hasta su abuelo, el legendario Raymond Poulidor, a menudo más conocido por sus ocho podios en París pero sin ninguna victoria que logró en el Tour, que por la única grande que conquistó, precisamente la Vuelta, en 1964.