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LA RUTA DEL TOUR

El revoltoso ataque de Perico camino de París

Pedro Delgado quitó a Millar el segundo puesto de la Montaña en 1985. Dos meses antes, Perico ya había ganado la Vuelta a España al mismo corredor.

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El revoltoso ataque de Perico camino de París

La última etapa de París está reservada para la fiesta y el homenaje, para un desfile triunfal por los Campos Elíseos, que culmina con un esprint. Entre los propios ciclistas está mal visto atacar. "A ver si después de 22 días de Tour vas a querer demostrar el último lo bueno que eres", se dicen entre ellos. Pedro Delgado conocía esta tradición, claro, pero en 1985 sacó su lado juguetón y le montó un buen lío a Robert Millar.

Dos meses antes, Perico ya había ganado la Vuelta a España a Millar, tras aquella mítica etapa de Segovia en la que Delgado galopó junto a Pepe Recio para remontar más de seis minutos, mientras que el escocés se quedaba marcando a Pacho Rodríguez y Ruiz Cabestany, sin dar crédito a cómo se le estaba escapando la carrera.

Tras ganar su primera grande, Delgado corrió el Tour, donde conquistó la etapa de Luz Ardiden tras un ataque encadenado del Orbea con Pepe del Ramo, hoy dueño de Catlike, y Cabestany. En la general iba sexto, los deberes estaban hechos. Y entonces surgió el Perico más revoltoso. En la Montaña estaba clasificado tercero, a 15 puntos de Millar. El líder era el intocable Lucho Herrera. Y decidió luchar por el subcampeonato.

Los 196 kilómetros de la etapa final, entre Orleans y París, acogían siete cotas puntuables, cuatro de tercera categoría y tres de cuarta. Y se lanzó a por ellas. En la primera, decidió disimular. "Ni me muevo, para no ponerle en aviso", cuenta Pedro en su libro A golpe de pedal. "Llega el siguiente paso y él, claro, dice que si yo no disputo, para qué va a hacer el ridículo. Entonces me dejo caer por allí delante, hago como que la carrera no va conmigo, pero cuando veo que Millar ya no tiene posibilidad, acelero y paso primero".

En las siguientes cinco cotas se produjo una lucha encarnizada entre ambos. "Millar se enfada conmigo, se arma la gorda, y digo a los demás que sólo esprinto por la Montaña", explica Delgado, que cruzó primero por las seis y arrebató la segunda plaza al escocés. Su travesura le lleva a una reflexión en el libro: "El caso es que Robert Millar nunca me ha hecho nada, al contrario, le hecho yo más daño a él". Hubo crónicas españolas, por cierto, que no narraron el pique. Ya estaban escritas antes. Total: el último día es de fiesta.