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TOUR DE FRANCIA | ETAPA 16

30 bidones por ciclista y 40 kg de hielo para combatir el calor

El pelotón del Tour extremó las precauciones en la 16ª etapa, en la que se registraron temperaturas de 39 grados con sensación térmica de 50.

FranciaActualizado a
30 bidones por ciclista y 40 kg de hielo para combatir el calor
AFP

Más de 20 departamentos del suroeste, del centro y del este de Francia se encuentran desde este lunes en “alerta naranja” por la ola de calor que golpea a Europa. Las temperaturas en Nîmes, donde se disputó la 16ª etapa, alcanzaron los 39 grados, con una sensación térmica de casi 50 para el pelotón. El Gobierno francés reitera los anuncios en radio y televisión para que la población tome las precauciones adecuadas y se evite una canícula como la de 2003: aquel año fallecieron alrededor de 15.000 personas.

Los equipos también se prepararon específicamente en el Tour. Por ejemplo, el Movistar portó más de 40 kilos de hielo en varias neveras repartidas en los coches de carrera y los de apoyo. De salida, dispusieron de unos 150 bidones especiales e isotérmicos para mantener una temperatura constante de cerca de 20 grados. La escuadra calculó que repartirían "cerca de 300 a lo largo del día". “Recomendamos a los ciclistas mantenerse hidratados constantemente”, explicó su doctor, Jesús Hoyos. Al agua se le añadieron “sales minerales y carbos”. Un corredor puede perder un kilo por deshidratación debido al fuerte calor, y casi tres en unas condiciones extremas. “Quizá se sude en estas jornadas hasta un litro a la hora, y eso hay que compensarlo con una rehidratación apropiada”.

La organización del Tour estimó que se emplearían "unos 5.000 botellines" durante la etapa, entre 20 y 30 por cabeza (muchos se los tiraron encima, para refrescarse, y quedaban 163 participantes en competición hasta el abandono de Fuglsang). Algunos rodaron en los primeros kilómetros con un chaleco refrigerante, como Tony Martin; otros, como Julian Alaphilippe, se metían cubitos dentro del casco y del maillot; y formaciones como el Astana echaron mano de todos sus recursos: cuenta con una máquina que fabrica hielos y la pusieron a trabajar a destajo. Martin, un alemán poco acostumbrado a este tipo de temperaturas, definió el día de manera muy gráfica: “Tremendo. Como si te metieras en un horno y te pusieras a pedalear”. “Bebí más de 15 bidones. Tanta calorina pasará factura”, resumió Mikel Landa.