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LA RUTA DEL TOUR

Los paisanos de Fauré se liaron a palos y pedradas con sus rivales

Los paisanos de Saint Étienne agredieron al pelotón. Garin recibió una pedrada en la mejilla y golpes en una rodilla. Gerbi quedó insconciente con varios dedos rotos.

Actualizado a
Paret y Fauré en el Tour de Francia de 1904.

La ciudad de Saint Étienne no estaba incluida en el recorrido del Tour de Francia de 1904, pero sí acogió un paso en su segunda etapa, Lyon-Marsella (374 kilómetros), por el Col de la République, también conocido como el Grand Bois, un puerto del Macizo de Pilat que se hizo tristemente famoso por los altercados que sucedieron aquel año.

El pelotón partió a medianoche de Lyon con 53 ciclistas, entre ellos tres corredores naturales de Saint Étienne: el popular Henri Paret, que aún conserva el récord del participante más viejo con 50 años, Alfred Fauré, que en algunas publicaciones aparece como André o Antoine, y un tal Vassela, que abandonó ese mismo día.

A las cuatro de la madrugada, en la subida al Grand Bois, el local Fauré avanzó unos metros. De repente aparecieron a ambos lados de la calzada cerca de 200 personas armadas con piedras y palos, que primero aplaudieron a su paisano y después se liaron a golpes con el resto del pelotón. Maurice Garin recibió una pedrada en la mejilla y varios golpes en una rodilla, hasta el punto de que acabó la etapa apoyado solo con una mano en el manillar. Quien se llevó la peor parte fue el italiano Giovanni Gerbi, que quedó insconciente, con varios dedos rotos. Sólo los disparos al aire lanzados desde los autos oficiales consiguieron frenar el salvajismo.

Fauré se marchó en solitario, pero, una vez recompuestos, los favoritos neutralizaron su escapada. En la meta se impuso Hippolyte Aucouturier, pero todas las clasificaciones de aquella polémica edición fueron retocadas meses después, el 30 de noviembre, cuando la Union Vélocipédique de France (UVF) descalificó a ocho ciclistas "por uso ilegal de coches", entre ellos a los cuatro primeros de la general, lo que coronó a Henri Cornet como campeón. La recomposición de aquella segunda etapa también hizo desaparecer a los cuatro de arriba, por lo que el quinto fue declarado ganador. Y ese no era otro que Alfred Fauré. Una decisión sorprendente, porque siempre se sospechó que estuvo envuelto en los violentos sucesos. Eso sí, el Tour castigó a Saint Étienne y no la incluyó en su recorrido hasta 1950.