Sho Hatsuyama, japonés del Nippo-Vini Fantini, debutaba en el Giro en su segunda temporada en el equipo. Campeón de su país en 2016, a los 30 años le correspondió el honor de conquistar la maglia nera, el último clasificado de la ronda italiana: “Se trata de una anécdota, lo que pretendía y el reto que me planteé al empezar en Bolonia era aprender y acabar la carrera, así que me voy con la cabeza alta”. Su mejor resultado lo consiguió en la meta de Anterselva: 123º.

Aunque le salieron mejor las cosas que a su compatriota Hiroki Nishimura, que llegó fuera de control el primer día tras ceder 4:36 ante Primoz Roglic en una crono de ocho kilómetros. El Nippo-Vini Fantini, escuadra de patrocinio compartido entre una empresa de construcción de Japón y una bodega de Italia, dejó dos huecos en su ocho para ciclistas nipones por obligación. Sin embargo, justificaron la invitación del Giro con el triunfo de Damiano Cima en Santa María di Sala con el pelotón en el cogote.