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CICLISMO | GIRO DE ITALIA

Chaves logra su triunfo; López y Roglic animaron el final

Protagonismo colombiano en San Martino. Chaves logró su tercera victoria en el Giro. López recuperó 44" y Roglic aceleró al final sin resultados.

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Chaves logra su triunfo; López y Roglic animaron el final
Pepe Andrés

La sonrisa de Esteban Chaves tornó en lágrimas de alegría cuando se abrazó a sus padres en la meta de San Martino di Castrozza. Una explosión de alegría que compartió también junto a los auxiliares del Mitchelton. El colombiano no alzaba los brazos desde su victoria en el Etna en el Giro de 2018. Enfermedades y recaídas marcaron prácticamente un año de su trayectoria. “He vuelto... Dios lo quiso”, acertó a decir Chaves, creyente convencido. Se santiguó en la llegada y continuó con un discurso muy personal: “El ciclismo es como la vida, debes levantarte cuando te caes. E intentarlo hasta lograr los éxitos. Después de una mala época, en la que lo pasé fatal, toca disfrutar. Aunque todavía me falta para regresar a mi mejor nivel”.

Porque Chaves, segundo del Giro y tercero de la Vuelta en 2016, venció procedente de la fuga del día. Antunes, Bidard, Boaro, Canola, Carboni, Le Gac, Marcato, Senni, Serry, Santaromita y Vendrame formaron la escapada, de nuevo exitosa con el permiso de los favoritos. Corredores de segundo nivel. Aun así, a Chaves le costó hasta ocho ataques descolgar a sus rivales. Triunfo (tercero para él en la cita italiana a los 29) y satisfacción para el Mitchelton, cuyo jefe, Simon Yates, no respondió a las expectativas: está octavo en la general.

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Pepe AndrésDiario As

Los 13,6 kilómetros al 5,6% de la última subida no provocaron diferencias entre los hombres fuertes. El propio Giro definió la 19ª jornada como un antipasto o un entrante de lo que sería el plato principal de los Dolomitas, los cinco puertos de este sábado: Campo, Manghen, Rolle, Croce d’Aune y Monte Avena. Sólo lo intentó Miguel Ángel López, que arañó unos segundos con el visto bueno de Mikel Landa. Porque el vasco tenía piernas para seguir a Superman, pero se quedó junto a Richard Carapaz, maglia rosa, para evitar cualquier sobresalto del líder. Ahí manda el equipo, el Movistar, como confirmó Max Sciandri, su director: “No se trataba de una ascensión para conseguir ventaja, sino para proteger el rosa de Richie”.

Cientos de eslovenos aprovecharon la relativa cercanía de San Martino y se congregaron en las cunetas para animar a Primoz Roglic. La belleza de los Dolomitas, patrimonio de la humanidad, tampoco era mal reclamo, porque su compatriota no logró soltar a Carapaz, Landa ni Nibali en sus dos acelerones. El siciliano señaló a Landa como “el factor determinante y el escalador más en forma”. Un landista más, que calienta el ambiente con el grito de guerra: “Free Landa”. De cómo afronten Nibali y el Movistar el tappone dolomítico dependerá el cajón de Verona. Como siempre, las energías y la carretera (y los pinganillos) dictarán sentencia.