Roglic asesta otro duro golpe a sus rivales en la crono
Ganó la crono de San Marino bajo el aguacero y sacó 1:05 a Nibali, 1:55 a Carapaz, 3:03 a Landa, 3:11 a Yates, 3:45 a López... Conti salvó el rosa.
Primoz Roglic sabía lo que se jugaba en este primer bloque de Giro. Llegaba en un excelente momento y disponía de dos cronos para abrir diferencias con el resto de los aspirantes al título. Y no sólo ganó las dos contrarreloj, sino que además salvó incidentes (pese a una caída anecdótica) y picó algunos segundos más en Frascati, la caótica meta que eliminó a Tom Dumoulin. Valerio Conti conservó la maglia rosa (contaba con un colchón de 5:24), pero el capo de la carrera es un esloveno de 29 años que procede de los saltos de esquí.
Roglic abrió una brecha tremenda en San Marino. Vincenzo Nibali se situó a 1:44; Simon Yates (quien sufrió calambres y un pajarón), a 3:46; Miguel Ángel López (que pinchó la rueda delantera), a 4:29; y Mikel Landa, a 4:52. El alavés naufragó y cedió 3:03. Eusebio Unzué, mánager del Movistar, no quiere descartarle de la lucha por la general… pero tiene a dos compañeros muy solventes por delante antes de la montaña: Andrey Amador, cuarto en 2015 (a 49 segundos de Roglic), y Richard Carapaz, cuarto en 2018 (a 3:16). Una situación similar se vive en Astana. Pello Bilbao completó una magnífica jornada y se colocó décimo, a 1:42 del liderato virtual (Conti no aguantará). Aunque Alexander Vinokourov tampoco desea hablar de planes B, el primer día de descanso servirá en los dos equipos para desarrollar nuevas estrategias.
Victor Campenaerts estableció un tiempazo de 52:03 cuando todavía no llovía en la salida de Riccione. El belga, actual récord de la hora, tuvo un problema mecánico y cambió de bicicleta: “Aposté un all-in a la victoria. Solté la rueda lenticular para llevar una cabra convencional en la ascensión. La fortuna me sonrió con menos agua que los favoritos, pero la avería me costó que Roglic me superara por sólo 11 segundos. Menuda mierda”. Doble campeón europeo y bronce mundialista de la especialidad, Campenaerts no se ha estrenado aún en las grandes.
El Monte Titano, a 739 metros de altura, seña de identidad de la Serenísima República de San Marino con sus tres castillos o rocche, acogió la meta de la crono. Los primeros 22 kilómetros fueron llanos. Los últimos 12, al 4,5% de pendiente media, tenían rampas al 11%. Roglic reguló en el sector en teoría más propicio para sus características… y pasó el rodillo en la subida. “Me sentía segurísimo de mis fuerzas”, explicó en zona mixta. Ni el clima adverso, ni los rivales: va lanzado a por el Giro de 2019.