Muchos ciclistas que han destacado en mountain bike o el ciclocross han acabado dando el salto al ciclismo en carretera. Así lo demuestra el reciente caso de Wout van Aert, que tras dominar el ciclocross coronándose como campeón del mundo, decidió dar el paso hacia la carretera de la mano del Jumbo Visma, con quien debutará el próximo mes de marzo en las clásicas de primavera una vez terminada la temporada de ciclocross.

No es el caso de Mathieu van der Poel. El neerlandés ha confirmado su deseo de continuar con su hoja de ruta actual, en la que combina ciclocross con ciclismo en carretera y mountain bike. "Definitivamente continuaré manejando un programa completo de ciclocross durante algunas temporadas y lo combinaré con la carretera y el ciclismo de montaña hasta los Juegos, después de los cuales una disciplina puede desaparecer", dijo van der Poel en el medio Sporza.

Pese a contar con un palmarés envidiable en el ciclocross, donde es campeón del mundo, y uno de mountain bike muy respetable (campeón nacional holandés, y terminó tercero en el campeonato mundial de cross-country y plata en Copa del Mundo), van der Poel sigue encontrando motivaciones para mantenerse en este tipo de disciplinas unos años más antes de marcharse a la carretera, algo que podría producirse a partir de los Juegos de Tokio en 2020.

"Ahora que estoy tan cerca quiero lograrlo", dijo el neerlandés sobre la posibilidad de ganar su ocho de ocho en la última prueba de Sperprestige de la temporada en Middelkerke. Igualaría así el récord de Sven Nys en la temporada 2006/07. Palabras mayores.