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CICLISMO | IÑIGO INDURAIN

"Nací en el 2000, pero sé lo que pesa llamarse Indurain"

Íñigo Indurain correrá la próxima temporada en las filas del Lizarte. Comparte apellido con Miguel, aunque no son familia.

"Nací en el 2000, pero sé lo que pesa llamarse Indurain"
Óscar Tarazona

Aunque no es familia del pentacampeón del Tour de Francia, el pamplonés Íñigo Indurain ya sabe lo que significa ser ciclista y llevar ese apellido. "Sí pesa y siempre me han preguntado si tenía algo que ver con él. Yo nací en el año 2000, cuando él ya estaba retirado, pero con los años he ido viendo videos suyos y etapas en YouTube. En mi casa había un maillot suyo enmarcado. Era un ciclista impresionante. Ahora en invierno, que no hay ciclismo, me pongo a ver etapas antiguas. No sólo de Indurain, también de Pantani, Perico...", explica Íñigo, que a sus 18 años ha pasado a las filas del Lizarte, una de las formaciones con más solera del pelotón amateur español, que esta temporada ha sumado 23 victorias y por el que han pasado nombres como Soler, Amador, Carapaz u Óscar Rodríguez..

Llega procedente del filial del equipo navarro, el Club Ciclista Ermitagaña de Pamplona, donde ha logrado buenos resultados, destacando su victoria de etapa en la Vuelta a Alicante. El que ha sido su director, Diego Sánchez, habla maravillas de Íñigo, y hace una curiosa comparación: "Su apellido llama la atención, pero la verdad es que es un tipo de ciclista totalmente distinto. Es un corredor de los que tenían fama en España... antes de Miguel. Aquellos escaladores pequeños (mide 1,65 y pesa 53 kilos) y atacantes de los años 70". Y elogia su "fuerza de voluntad". "A muchos jóvenes de su edad hay que recordarles que tienen que cuidarse y entrenar, a él es al contrario, hay que pedirle que se relaje", cuenta Sánchez, orgulloso de que su corredor sea otro ejemplo de la cantera del club que también preside, un Ermitagaña formado por unos 90 miembros entre equipo juvenil, cadete, femenino y las Escuelas, donde los niños empiezan a montar con cinco años.

De allí salió Imanol Erviti, corredor del Movistar, al que Íñigo tiene "como ejemplo", aunque por sus características de escalador no oculta que se fija en el francés Julian Alaphilippe. "Porque es de esos ciclistas que cuando la carrera se pone dura, no se quedan quietos como otros", explica Íñigo, que está acabando sus estudios de Bachillerato mientras se prepara para el salto de categoría. Dependerá sólo de él poder destacar... a pesar de su apellido de campeón.