El director del Tour, Christian Prudhomme, afirmó este jueves durante la presentación del recorrido de la edición de 2019 , que pedirá a la Unión Ciclista Internacional (UCI) que prohíba los medidores de potencia que llevan los ciclistas, a fin de ganar en espontaneidad . Algunos expertos consideran que estos utensilios impiden que los corredores dinamiten más las carreras, ya que se limitan a no sobrepasar ciertos límites y a regular a lo largo de las etapas . Para Prudhomme, quitarlos, algo que solo puede hacer la UCI, permitiría "volver a la hermosa incertidumbre del deporte". Otros piensan que no son la clave, ya que los ciclistas entrenan con ellos y aprenden a conocer su cuerpo hasta el punto de que apenas los miran en carrera . Frente a un ciclismo cada día más controlado hay quien piensa que una medida más eficiente sería prohibir los pinganillos, aunque los equipos se oponen porque a través de ellos informan a los corredores de cuestiones de seguridad. Otra de las peticiones de los organizadores del Tour a la UCI es aumentar el número de bonificaciones intermedias. Como ya sucedió la pasada edición, quieren dar segundos a los ciclistas que crucen en cabeza el último puerto cuando éste no sea meta. En 2018 dieron 3, 2 y 1 segundo respectivamente, pero quieren poder dar más. "Es una forma de alentar a los ataques. Si alguien salta en el último puerto para buscar ese bonus, tiene luego una opción de victoria en la meta ", señala Prudhomme. El director del Tour recuerda que en la edición de este año el único que se sirvió de esos segundos fue el británico Geraint Thomas, que acabó imponiéndose. En paralelo, la próxima edición mantendrá las bonificaciones en meta, de 10, 6 y 4 segundos.