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LA INTRAHISTORIA

El joven familiar y afable que debe ser la estrella del futuro

Su lema es ‘trabajo y trabajo’. Cuando los más cercanos felicitaban a Enric Mas en Madrid por su podio, él soltó: “Sí, pero he sido segundo”.

El joven familiar y afable que debe ser la estrella del futuro

Enric Mas Nicolau la tierra le tira. Nacido hace 23 años en Artá, Mallorca, vive en Andorra, donde se conoce los puertos al dedillo de tanto entrenar, pero siempre que puede va de visita a la isla para ver a la familia y a su venerada abuela, a quien ya le dedicó su primer triunfo profesional en Arrate. Es donde se puede ir de pesca, dar paseos con su perro, andar por la montaña o salir en bici con los amigos que han estado arropándole en algunas jornadas de la pasada Vuelta. Fue uno de ellos el que le hizo probar con el ciclismo. Estuvo en el Club Ciclista Artanenc le entremó Miquel Alzamora, expistard campeón del mundo junto a Joan Llaneras.

Pronto destacó, sobre todo en las subidas, aunque estaba regordete ya que le gustaba mucho comer de crío, como él reconoce, aunque nadie lo diría al ver su fina figura actual de 1,77 y 61 kilos en forma. Eso lo ha logrado a base de mucho esfuerzo y, de hecho, el lema que siempre repite es el de ‘trabajo y trabajo’. Su entrenador, Toni Colom, pone en valor esta faceta y desde que se dedicó en serio a este deporte, nunca ha frenado. “Es de los que si quedamos para trabajar en el gimnasio a las 9:00, él está preparado a las 8:45. De hecho, en días de entrenamiento hemos quedado a una hora y el que se retrasara, pagaba los cafés. ¡Él nunca ha pagado!”.

Los que le conocen destacan su carácter afable, y que si durante la Vuelta en algún momento dio una respuesta seca a los periodistas es porque se tiene que habituar a tratar con los medios, algo que ahora va a formar parte de su trabajo diario. 

Con esa personalidad le conocen en el Quick Step, donde tiene gran relación con asistentes y mecánicos, que le homenajearon en Madrid con pegatinas en los vehículos que decían ‘Enric y los Lobos’ (el equipo se hace llamar Wolfpack, algo así como ‘manada de lobos’). Todo para homenajear a la estrella del futuro, que comparte con su mentor Alberto Contador, la ambición. Así lo demostró el domingo antes de subir al podio. Cuando los más cercanos le felicitaban, él soltó: “Sí, pero he sido segundo”.