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LA RUTA DEL TOUR

La victoria exprés del Tarangu y su enfado con los periodistas

La etapa más corta de la historia del Tour la ganó José Manuel Fuente, sobre 19,5 kilómetros. Salía de Luchon, como hoy, y subía directamente a Superbagnères.

La victoria exprés del Tarangu y su enfado con los periodistas

La etapa más corta de la historia del Tour la ganó José Manuel Fuente, sobre 19,5 kilómetros. Salía de Luchon, como hoy, y subía directamente a Superbagnères. Este triunfo del Tarangu tuvo algo más de repercusión que el que conquistó el día anterior. Fueron dos victorias consecutivas eclipsadas por una noticia de mayor calado: la retirada de Luis Ocaña por una caída en el Menté cuando vestía el maillot amarillo y tenía prácticamente ganado el Tour.

Cuando sonó aquel célebre ‘¡Ocana, tombé!’ en Radio Tour, Fuente ya iba rumbo a la victoria en Bagnères de Luchon. El Tarangu había estado a punto de retirarse dos días antes, cuando el Molteni de Eddy Merckx la montó gorda camino de Marsella y dejó a ocho corredores del Kas fuera de control. Fuente amagó dos veces con bajarse, pero a su lado iba Nemesio Jiménez para impedirlo. El jurado fue benévolo y repescó al Kas, con el argumento de que habían marcado un promedio de 42 km/h cuando las mejores previsiones eran de 38 km/h.

Ya recuperado del palizón de Marsella, Fuente se exhibió en aquella etapa de los Pirineos, pero ningún periodista le hizo el menor caso en la meta. En Luchon sólo se hablaba del accidente de Ocaña y de ese maillot de líder que Merckx, entre lágrimas, rehusó ponerse en el podio, y también vestir al día siguiente. Así, sin jersey amarillo en el pelotón, partió aquella 15ª etapa, que el Tarangu volvió a adjudicarse, con 26 segundos sobre Lucien Van Impe.

Al llegar a la meta, Fuente no quiso hablar con los periodistas desplazados, que le habían ignorado en la jornada anterior. El patrón del Kas, Luis Knorr, que estaba de visita en el Tour, consiguió luego convencerle para que se acercara a la sala de prensa. Allí accedió finalmente a hacer declaraciones a los medios. Entre sus dedicatorias incluyó a los siete compañeros que llegaron fuera de control junto a él, especialmente a Nemesio: “Que poco más y me pega cuando me vio que tenía los calapiés sueltos para abandonar”. Y, por supuesto, también a Ocaña.