CICLISMO | FRAUDE TECNOLÓGICO

Más métodos de la UCI contra los motores: rayos X y trackers

El organismo presentó en Ginebra, con As como testigo, sus nuevas ideas para combatir el dopaje tecnológico: "Debemos anticiparnos al problema".

Ginebra
0

La Unión Ciclista Internacional (UCI) presentó en el Castillo de Penthes, en las afueras de Ginebra, sus nuevos métodos para detectar motores ocultos: una cabina de rayos X portátil, que radiografiará las bicicletas en las llegadas, y, para el futuro, un tracker magnetométrico, pensado por la Oficina Francesa de la Energía Atómica y Alternativa (CEA), que escaneará la bici en tiempo real y enviará una señal inmediata en caso de hallar los campos magnéticos de la trampa. El coste de esa unidad de rayos X alcanza los 500.000 euros.

David Lappartient, presidente de la UCI; Bob Stapleton, máximo responsable de la Comisión de Equipamiento de la UCI; Jean-Christophe Peraud, excorredor y mánager de Equipamiento y Lucha Contra el Fraude Tecnológico; y Gabriele Fiori, director adjunto de la CEA, explicaron un plan basado en tres puntos: combinar y exprimir la eficiencia de las fórmulas disponibles (los rayos X, las cámaras térmicas y las tablets de resistencia magnética); revisar el material en laboratorios certificados; y desmontar las bicis para unas inspecciones más detalladas. Al evento sólo fue invitado un reducido número de medios internacionales, entre los que se encontraba As como único representante español.

Lappartient se mostró claro en su discurso: “Para la UCI resulta fundamental combatir la trampa, tanto en la forma de dopaje biológico como en la de tecnológico. Existe y deseamos garantizar la credibilidad de las carreras, que los ciclistas compitan en igualdad de condiciones. Vamos a implementar un programa sólido y creíble que evite adulterar nuestro bello deporte”. La UCI reconoce “tres tipos de ingenios diseñados para engañar”: ruedas electromagnéticas, motores en los bujes y en el eje de los pedales. “Consiste en perseguirlos durante todo el arco de juego y de tiempo, de salidas a metas”.

La voluntad por combatir el fraude parece indudable. Los frutos, en cambio, no se recogen. En mayo de 2016, con Brian Cookson al frente de la UCI, se organizó otra visita en Aigle para mostrar “el mejor sistema para localizar motores”. Se trataba de las famosas tablets de resistencia magnética. Sin embargo, sólo cazaron a Femke van den Driessche en el Mundial Sub-23 de ciclocross… cuando se pusieron en práctica por primera vez. La UCI especificó las suspensiones en 2015: desde seis meses y 20.000 francos suizos. Van den Driessche recibió seis años de castigo.

El informe de la Comisión Independiente para la Reforma del Ciclismo (CIRC), publicado en marzo de 2015, ya hablaba de la existencia de motores desde 2005. El polémico y sancionado doctor Michele Ferrari también dató los rumores en 2005 en su blog. En 2018, la UCI cree que está en condiciones de intentar asegurar la veracidad de sus competiciones: “Trabajamos para erradicar el dopaje y los motores. Debemos anticiparnos a los problemas”. Veremos.