Eddy Merckx: "Bilbao merece acoger una etapa del Tour"

Un cara a cara con Eddy Merckx impresiona. Con esa sonrisa socarrona, sus movimiento muy pausados y los ojos saltones que dispara cuando le viene algún conocido, el legendario campeón belga apenas puede dar dos pasos sin que no le asalte un aficionado, un exciclista, un directivo... para hacerse fotos con él o simplemente recordarle momentos comunes con su pasado glorioso. Cuesta pensar que un tipo tan afable y reposado era un depredador para sus adversarios desde la salida en las carreras. Hoy ha estado en Bilbao sometido a una agenda intensa que aún guarda tareas para el fin de semana. Por la mañana ha sido recibido ayuntamiento de la capital del Guggenheim por el alcalde, Juan María Aburto, que le ha impuesto una insignia de la ciudad, de la que no se ha desprendido en toda la jornada y ha adornado su americana, y por la tarde ha participado en un acto promocional del departamento de turismo de Flandes, en el que ha estado arropado por antiguos maillots de su época de corredor y también una bici de hace décadas que tuvo el honor de conducirle, objetos de un afanado coleccionista. Se reencontró con viejos rivales como Miguel Mari Lasa, Luis Zubero y Javier Elorriaga. También le acompañaron Peio Ruiz Cabestany y Miguel Madariaga, entre otros. El domingo será el encargado de cortar la cinta de salida de la trigésima edición de la Bilbao-Bilbao, prueba que comenzará a las 8:00 horas en el Puente de Deusto.

El 'Caníbal', de 72 años, abrumado por tantas muestras de afecto, considera que "Bilbao merece acoger una etapa del Tour, principalmente por la gran afición al ciclismo que existe en el País Vasco y que he tenido ocasión de conocer". "Espero que lo obtenga finalmente, lo merece. Lo apoyo y tendría mucho gusto de que llegase aquí una etapa del Tour. Estoy encantado de venir, tengo un gran recuerdo de mi paso por aquí", comentó de forma escueta. Al ser cuestionado por As sobre si Froome, ahora en boca de todos por el positivo en la pasada Vuelta, podría alcanzar los cinco Tours que comparten él, Anquetil, Hinault e Induráin, prefirió no pronunciarse. "La historia me ha tratado muy bien. Estoy orgulloso de mi carrera. El ciclismo de ahora es muy diferente al de antes, pero los campeones actuales tienen toda mi admiración", completó.

Las instituciones de Bilbao y Vizcaya han mantenido varios contactos con la organización del Tour de Francia para que la ciudad pueda acogerla llegada de una etapa de la ronda francesa en un futuro próximo. El cinco veces ganador de Tour (1969-1970-1971-1972-1974) y Giro (1968-1970-1972-1973-1974) se siente feliz de pisar España con cierta regularidad. "Aquí en Bilbao vestí de amarillo en aquella Vuelta a España de 1973, la única en la que participé, hacia la victoria absoluta, y no lo olvido. Recuerdo la etapa de Orduña, frente a Ocaña y Thevenet. No pude venir más veces por estar cerca en el calendario del Giro", concluyó. En efecto, hace 45 años, tras la victoria dedicó su triunfo a la afición vizcaína, acudiendo a la Basílica de Begoña y en 1971 participó en la inauguración de la Sociedad Vizcaína de Amigos del Ciclismo (SVAC) y ganó el Criterium de Txurdinaga, de nuevo ante Ocaña.